13/06/2024 14:00 / Uniradio Informa Sonora / Columnas / Actualizado al 13/06/2024
Por Germán Lohr Granich
Cuando hablamos de porcicultura poco nos imaginamos que la carne de cerdo es de las más representativas en términos de consumo humano dado su alto potencial proteico.
En México, la carne de puerco es la segunda más consumida después del pollo, y como bien señala el refranero popular al preguntar, ¿Qué come el poblano? Cochi, cerdo, sancho, puerco y marrano.
La razón de lo anterior estriba al menos en su mejor aprovechamiento como especie, su precio menor frente a la carne de res es otra de sus fortalezas, junto con la sanidad e higiene.
Además de lo anterior, nuestro país es altamente reconocido en materia de exportación porcícola hacia distintos continentes, ya que durante décadas hemos estado libres de la fiebre porcina clásica y otras enfermedades.
Hablando de ranking, estamos dentro de los primeros 15 países productores del mundo y a nivel nacional la porcicultura es altamente representativa del PIB primario ubicándose en todo el territorio nacional, aunque con marcada presencia en Jalisco, Sonora, Puebla y Yucatán.
Estas entidades cuentan con más del 50% del inventario en el país y juntas generan alrededor del 63% de la producción de carne de cerdo, si a ello le sumamos Veracruz, Guanajuato y Michoacán prácticamente se concentra el 90% del total nacional.
En términos per cápita el consumo ha venido creciendo del 2000 a la fecha de manera consistente pasando de 15 a más de 20 kg anual principalmente en la zona centro y sureste del país ya que solo tres estados, Jalisco, Puebla y Veracruz consumen más del 50% de la producción nacional.
Ahora bien, en cuanto a modelos y sistemas de producción, se tienen distintas modalidades, están, por ejemplo, los grandotes, con sistemas tecnificados y de gran escala equiparables al de los países más avanzados cuyas granjas producen el 50% del total del sector.
Luego están los productores de mediana escala menos tecnificados cuyas granjas varían de 50 a 500 vientres en promedio cuya producción va dirigida al consumo regional y local cuyas granjas producen un 20% del total del sector.
Por ultimo están los pequeños productores que son la gran mayoría conocida en muchos casos como de traspatio, los cuales llegan a representar hasta un 30% de la producción de carne de cerdo siendo los menos tecnificados, con condiciones sanitarias inadecuadas y emproblemados financieramente.
Al igual que en el resto de los sectores del campo, la mayoría en problemas, en este sector el costo del alimento es alto, al representar alrededor del 70%, seguido del 10% de la mano de obra, sanidad 5%, genética el 1.5% y el resto en energía y comercialización.
Luego entonces, la porcicultura tiene muchos retos por delante, sobre todo la de mediana y pequeña escala, la cual requiere apoyo para poder ser competitiva ya que los costos de producción de alimentos, medicinas, financieros y tecnológicos son su talón de Aquiles.
La demanda interna es creciente, también la percepción de que su aporte nutricional es valioso, solo hay que cuidar y apoyar a los pequeños y medianos productores para que no desaparezcan, lo mismo las importaciones hay que saber manejarlas.
En suma, hay que hablar más de integración y cadenas de valor entre grandes, medianos y pequeños, mayor fomento a los agremiados, pequeña producción independiente más desconcentrada y horizontal que beneficie a más productores locales, etc., etc.
HE DIXI.