Cómo vamos en turismo en México
Por Germán Lohr Granich
De acuerdo a la firma Consultores Internacionales S C., especializada en consultoría y prospectiva económica con 55 años ya en el mercado mexicano la actividad turística mundial y la nuestra en particular va viento en popa.
Hemos, según la consultora, transitado a cifras positivas en términos de crecimiento después de la pandemia de COVID-19, lo cual resulta alentador después de años de vacas flacas.
Las proyecciones para 2024 son alentadoras para el turismo en México tanto nacional como extranjero con ingresos un 8% mayor al año pasado y muy por encima del crecimiento del PIB nacional.
En enero del presente año tuvimos la mayor llegada de viajeros en los últimos diez años con 3.6 millones de visitantes y divisas por más de 3100 millones de dólares y para Semana Santa la ocupación hotelera rondó en 85%.
Esto a pesar de un tipo de cambio poco favorable o atractivo para el viajero, pero aun así se perfila una tasa anual bastante aceptable del 6% anual.
Estamos ya entre los 7 países más visitados del mundo y 8 de cada 10 visitantes provienen de los EEUU y Canadá nuestros principales socios comerciales, el resto vienen de la América Latina en un 13% y sólo el 1% de Asia y Oceanía.
Cifras oficiales de la Secretaria de Turismo estiman el arribo de 42.3 millones de visitantes este año y un ingreso de 31 mil millones de dólares muy por encima de las exportaciones de petróleo.
Luego entonces el reto para los próximos años será sin duda vencer la inercia inflacionaria y la inseguridad. En cuanto al asunto de la variable inflacionaria hay mucho camino por recorrer ya que apenas el 2022 tuvimos la mayor inflación de las últimas dos décadas.
No olvidemos que anduvimos en un 8.7% y para febrero del presente llegamos al 4.4% aun por encima del 3% que es y ha sido el objetivo central del BANXICO. Ya veremos cómo avanza una vez que pasen las elecciones de junio y las que vienen en noviembre con nuestros vecinos del norte.
Por cierto, según la reserva federal y nuestro banco central es importante vigilar las tasas de interés, no se diga el futuro cierre de las finanzas nacionales cuyo déficit espanta al más pintado.
Confiemos que dicho despilfarro en gasto corriente del gobierno federal no vaya a descomponer los grandes indicadores macroeconómicos que tanto nos han costado como país.
Vaya foco rojo el asunto del déficit presupuestal del presente sexenio, un asunto por cierto que no aparece por ningún lado en las mañaneras.
Pero bueno, ya no es ningún secreto que los ingresos del gobierno federal no alcanzan para cubrir el desorbitado gasto federal a pesar de la aparente mejoría en términos de eficiencia recaudatoria.
Con un padrón de 85 millones de contribuyentes activos de los que 2.9% son personas morales que aportan el 48% de los ingresos tributarios, aun así el balance presupuestal es inquietante.
Tan solo para el 2025 el déficit presupuestal ronda el 5% del PIB, cuestión no vista desde hace décadas lo que no deja de ser un riesgo más que latente en términos de requerimiento financiero y papa caliente para quien gane las elecciones.
Esperemos pues, poder salir del atolladero que nos dejara el sexenio de la 4T que no se animó a cargar con otra reforma fiscal que deja en veremos o como se dice comúnmente el que venga atrás que arree.
HE DIXI.