Cuando le das un puesto diferente al amor de tu vida
Por Primavera Fraijo
A veces, el amor de tu vida no suele ser la pareja ideal para ti. Sin embargo, el sentimiento es tan fuerte, que toca transformarlo en otro personaje secundario para que pueda permanecer en la trama de tu vida.
Hay un libro muy famoso, escrito por el novelista británico, David Nicholls, publicado en 2009, llamado "One day", que a muchos les sonará porque fue adaptado cinematográficamente, en 2011, con gran éxito, contando con el protagónico de Anne Hathaway y Jim Sturgess. Fue traducido como "Siempre el mismo día".
¿Por qué me dio por hablar de un libro de hace 15 años?
Sencillo, la historia es tan única y conmovedora que una sola adaptación no fue suficiente. Este 2024, Netflix lanzó su propia versión hecha mini serie, colocando, nuevamente, en la mira tanto a la obra como al autor.
Siempre el mismo día, a lo largo de una vida
La trama sigue a Emma y Dexter, quienes se conocen a sus 20 años de edad, un 15 de julio de 1988.
Son muy diferentes. Emma es idealista, inteligente, amante de la literatura y de clase trabajadora. Dexter es un muy atractivo chico de clase alta, mujeriego y sin un futuro definido.
Aunque su primer encuentro, aquella noche del 88, fue con toques románticos, seguiremos viendo un vaivén de emociones y sentimientos entre ellos a lo largo de 20 años, en los que, principalmente, se veían cada 15 de julio.
Los observamos enamorarse entre ellos y de otras personas. Celebrar sus triunfos, apoyarse en los peores momentos, distanciarse, volverse los mejores amigos... es una interesante evolución que recorren conforme van madurando y la vida los va llevando por diferentes caminos.
Yo tengo mi propio "Dexter", aunque sin spoilear, debo decir que no tendremos el mismo final que David Nicholls dio a esta pareja. Mi Dex tuvo que evolucionar a la par mía y pasar por diversos puestos, a lo largo de ya 14 años, hasta quedarse con el título de mejor amigo.
Porque hay ocasiones que por más que quieras que alguien ocupe cierto lugar, simplemente no encaja. Y es entonces, que tienes tres caminos: Insistir y, muy probablemente, lastimar a ambas partes. Desistir y dejarlo ir de tu vida. O hacerle otro huequito en tu corazón para que lo habite desde una función diferente.
Claro, no estoy diciendo que sea algo fácil, es un camino incluso doloroso, pero si superas todo y logras cruzar la colina, lo que te recibe, es el mejor de todos los arcoíris.
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