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El desprecio por las normas

Donald Trump ha demostrado una absoluta falta de respeto a las normas del derecho internacional.

Donald Trump
Donald Trump FB Donald J. Trump

por Manuel Valenzuela

13/01/2025 13:25 / Uniradio Informa Sonora / Columnas / Actualizado al 13/01/2025

Por Manuel Valenzuela V.

El trasfondo ominoso que estamos viendo en las actuaciones y declaraciones de Donald Trump es el absoluto desprecio por las normas establecidas. Esta semana fueron noticia el anuncio de su propuesta de comprar a Dinamarca el extenso territorio de Groenlandia; de retomar el control del Canal de Panamá; de cambiarle el nombre al Golfo de México por el de Golfo de América; y la reiteración de su propuesta de anexar a Canadá como el estado número 51 de los Estados Unidos.

La primera reacción que cualquier ciudadano informado tiene es la de que se trata de una ocurrencia más de un personaje al que llamamos "disruptivo" para no decirle loco. Pero el alcance de lo que reflejan sus dichos es algo mucho más preocupante: el desprecio por las normas establecidas que permiten la convivencia pacífica a quienes vivimos en sociedad. 

Fareed Zakaria, el destacado columnista del Washington Post y editorialista de la cadena CNN en Estados Unidos, reparó en este tema en su editorial del pasado domingo 12 de enero en su conocido programa GPS (Global Public Square). Señaló que lo más preocupante es que no solo es un comportamiento de un individuo que en unos días será el presidente de la aún nación más poderosa del planeta, sino un signo cada vez más expandido de una parte de la sociedad: la poca valoración de la importancia de cumplir las normas que nos hemos dado y que llamamos Estado de derecho.

Durante la semana Donald Trump fue declarado formalmente CONVICTO por un juez en el caso del soborno a la actriz porno Stormy Daniels para ocultar el affaire que sostuvo con ella. Con esta decisión, el personaje se convirtió ya en el primer presidente delincuente de los Estados Unidos. Nunca los electores de ese país habían elegido su presidente (responsable de cumplir y hacer cumplir la constitución y las leyes que de ella emanen) a alguien que toda su vida se ha caracterizado por violarla. 

Lo más preocupante según Zakaria no es solo el personaje, sino el comportamiento de la sociedad que lo eligió a la que parecen no importar el cumplimiento de las normas y, por tanto, la relevancia que estas tienen para convivencia pacífica de las sociedades y los países.

Bajo esta perspectiva, el personaje -avalado por sus votantes- proyecta su manera de ver el mundo al plantear lo señalado al principio. La absoluta falta de respeto a las normas del derecho internacional y así como a los ciudadanos canadienses, panameños, mexicanos y daneses. En el fondo se vale de los mismos argumentos que exhibe Putin para invadir y tratar de apoderarse de Ucrania.

  El mensaje es claro: no importan las normas, todo se puede si tengo la fuerza para imponerlo. Es el camino más corto al regreso a la ley de la selva. ¿Por qué no puede decir lo mismo Xi Jinping respecto a Taiwán o Putin respecto a Moldavia, Georgia, Armenia y todas las demás repúblicas que antes conformaron la desaparecida Unión Soviética? Al fin y al cabo, es lo mismo que argumentó Hitler respecto a Austria o Checoslovaquia, y luego todo lo que siguió. 

Las declaraciones sobre Groenlandia han levantado las alarmas en Europa. Berna González-Harbour en la sección de opinión de El País, el pasado sábado afirma que Europa de pronto se encuentra ante otro enemigo que amenaza la integridad territorial del continente. Al frente del Este, donde desde hace dos años Putin intenta apoderarse de Ucrania, ahora se ha sumado el frente del Oeste, donde un país de la OTAN (Estados Unidos) ataca -por hoy verbalmente- a otro miembro de la OTAN (Dinamarca). La OTAN contra la OTAN dice.

En el caso de Canadá Trump ha llegado al extremo de llamar gobernador al aún primer ministro Justin Trudeau. ¿dónde quedan las más elementales normas de respeto de la diplomacia? Más tratándose de un vecino y socio en el T-MEC que siempre ha estado cerca de los Estados Unidos. 

El propio Zakaria en el programa de la semana anterior señaló que en las elecciones celebradas el año pasado en casi ochenta países del mundo, donde habita casi el 50 por ciento de la población, el balance para las democracias y para el Estado de derecho fue muy desfavorable. En cerca del noventa por ciento de esos países se impusieron ideologías populistas de derecha (y de izquierda) caracterizadas por el escaso o nulo respeto a las reglas establecidas. 

Tal parece, dice Zakaria, que para los votantes de hoy es más importantes buscar liderazgos fuertes que les prometan milagros que el respeto a las normas establecidas. Esto no es nuevo en la historia, ha sucedido antes, pero lo peligroso es que siempre que alguien poderoso decide no respetar las reglas, le siguen los otros que le compiten el poder. El resultado ha sido que estos casos terminan en guerras mundiales. 

Por lo pronto, cada vez vemos más signos de que el orden institucional de posguerra se está desmoronando. Ya casi nadie hace caso de las resoluciones de la ONU y como, en ausencia de las voluntades de los países poderosos, este organismo no tiene la fuerza militar para hacer valer sus decisiones. 

El respeto a la integridad territorial de los países miembros es quizá el principio más importante que ha mantenido al mundo alejado de una nueva conflagración mundial por ya caso ochenta años. Si este precepto no se respeta en el caso de Ucrania o en las pretensiones esbozadas por Trump, el camino al desastre habrá iniciado. Ojalá quede un poco de prudencia y sentido común entre los líderes mundiales para que esto no ocurra.