El empoderamiento de Kamala Harris y Tim Walz
Por Manuel Valenzuela V.
La semana pasada se llevó a cabo en la ciudad de Chicago, Illinois, la Convención Nacional Demócrata que nominó oficialmente a Kamala Harris y Tim Walz como candidatos del Partido Demócrata a presidente y vicepresidente de los Estados Unidos para el cuatrienio 2025-2028. Ellos serán los que enfrenten a Donald Trump y J.D. Vance en la contienda del 5 de noviembre próximo. La suerte está echada.
Hay muchos aspectos importantes que se pueden destacar de dicha convención, comentaré las tres que más me llamaron la atención: la unidad mostrada por las diferentes corrientes dentro del partido en torno a la mancuerna Harris-Walz; las líneas programáticas que se esbozaron y que guiarán la campaña; y la energía y el estado de ánimo que la nueva fórmula inyectó a la campaña.
Sin temor a equivocarnos podemos decir que la candidatura de Kamala Harris y Tim Walz cambió totalmente la campaña demócrata en prácticamente un mes. De una que parecía apagada, con múltiples deserciones hacia el abstencionismo, con un candidato Biden que se le veía frágil, a veces incoherente y con dificultades para recordar nombres, y con serios problemas para comunicar ideas, de pronto se pasó a una campaña alegre, energizada y donde se recuperó la confianza en el triunfo.
Sabemos que el Partido Demócrata es muy diverso y aglutina corrientes desde las más liberales como la que encabeza el senador por Vermont Bernie Sanders, y el poderoso grupo de California encabezado hoy por el gobernador Warren Newsom, hasta las más cercanas al centro político representadas por el grupo de gobernadores demócratas de los estados del Medio Oeste y la costa este, como Josh Shapiro de Pensilvania, Roy Cooper de Carolina del Norte, Gretchen Whitmer de Michigan, Andy Beshear de Kentucky, Wes Moore de Maryland y el propio Tim Walz de Minnesota, por mencionar algunos. Más los liderazgos tradicionales reconocidos en Bill y Hillary Clinton, Michelle y Barack Obama, Nancy Pelosi, y los líderes demócratas en el Senado, Chuck Schumer, y en la Cámara de Representantes, Hakim Jeffries, todos ellos se pronunciaron de manera contundente en apoyo de la candidatura de Harris y Walz.
Con esos pronunciamientos, más los de múltiples liderazgos de minorías como el de Alexandria Ocasio-Cortez de los latinos, varios de la comunidad de afroamericanos, se trató de un notable empoderamiento de la mancuerna Harris-Walz, que hasta antes de la convención era poco conocida por el gran público elector de los Estados Unidos. Todo parece indicar que la convención dio un gran impulso al conocimiento nacional de éstos, aunque no sabemos aún si esto se exprese en las encuestas de las próximas semanas.
Por otro lado, fuera de las tradicionales muestras de apoyo, referencias biográficas y vivencias personales de algunos oradores con Harris y Walz, los discursos que marcaron el rumbo programático de la campaña fueron los de Hillary y Bill Clinton, Michelle y Barack Obama, Tim Walz y, desde luego, el principal que fue el de la candidata ungida Kamala Harris. Todos esos discursos fueron verdaderamente brillantes y apelaron fundamentalmente a la emoción y a los valores de ser estadounidense con los que rodearon a los planteamientos programáticos. Estas fueron las líneas que pude detectar:
Pasado contra futuro (we are not going back). En esta elección se define hacia dónde queremos ir enfatizaron los oradores, hacia el pasado de predominancia blanca, racista y cerrado que ofrece Trump, o hacia un país racialmente diverso, inclusivo y comprometido con los derechos humanos que ofrece Kamala Harris.
Prioridad en la clase media (who cares about you). Otro de los grandes ejes que deben guiar el voto según los demócratas es cuestionarse quién se preocupa por ti como miembro de las clases medias, porque tengas empleo bien remunerado, servicios de salud accesibles para todos, educación pública asegurada y oportunidades para superarte. Argumentan: Kamala se preocupar por ti, mientras que Trump se preocupa por él mismo (me, myself and I, dijo Bill Clinton respecto a Trump) y por sus amigos billonarios, por eso -dicen- su principal oferta es la de disminuirles los impuestos.
El derecho a decidir sobre su propio cuerpo (who must decide over your own body). Aquí la disyuntiva es: o decide el Estado a través de leyes restrictivas o decides tú. Lo que puede advertir es que la demanda de mantener el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo es quizá la más sentida por la sociedad. Cada vez que se hacía mención del tema la ovación era estruendosa. Trump presionó a la Suprema Corte para revertir la ley de derecho al aborto (Roe vs Wade) de 1973, Kamala se compromete a luchar por su restablecimiento.
Mantener el liderazgo de Estados Unidos y el compromiso con los aliados. En materia de política exterior, Kamala Harris hizo una clara definición de su compromiso por mantener el liderazgo de los Estados Unidos en el mundo y reafirmó el compromiso con sus aliados internacionales, así como de continuar luchando en favor de la democracia, y contrastó su posición con la política de aislamiento y abandono de los aliados que sostiene Donald Trump. Kamala explícitamente se comprometió con la ayuda a Ucrania y por impulsar un cese al fuego inmediato en Gaza.
Respecto al conflicto de Medio Oriente, reafirmó el compromiso de Estados Unidos con Israel y su derecho a defenderse de los ataques terroristas, pero también a defender el derecho de los palestinos a existir y a vivir con dignidad y seguridad en su propia tierra.
Mantener fronteras seguras y ampliar los canales legales para la migración. En materia de migración, tema en el que han centrado su ataque los republicanos, Kamala se comprometió a retomar y pasar la propuesta bipartidista para controlar las fronteras que se había acordado pasar en el congreso, y que Trump dinamitó porque le iba a afectar en su campaña. La propuesta contempla abrir nuevos canales para la migración legal mientras se restringe fuertemente el acceso de las personas a su territorio mientras no tengan la autorización que corresponde.
Cabe destacar que Kamala Harris no hizo ningún pronunciamiento explícito sobre el Tratado de Estados Unidos, Canadá y México (TMEC), pero reafirmó la línea de Biden de retornar empleos de compañías norteamericanas hacia su propio territorio. Esto no excluye desde luego al TMEC, pero tampoco fue destacado como prioridad, aunque podemos incluirlo en la mención genérica que hizo que hizo respecto a seguir trabajando con los aliados internacionales.
Me llamó la atención que Kamala no hizo ningún pronunciamiento explícito contra China ni a la guerra comercial que EU libra en su contra, salvo el que puede desprenderse del compromiso explícito de mantener el liderazgo de Estados Unidos en el mundo en base a reforzar su posición militar.
En conclusión, podemos decir que la Convención Demócrata cumplió con su cometido de unir al partido y empoderar a sus candidatos Kamala Harris y Tim Walz a la presidencia y vicepresidencia de los Estados Unidos. También confirmó que se ha recuperado el entusiasmo, la alegría y la motivación en las bases del partido, con lo que enfrentarán de mejor manera los retos que representa la campaña. Sin duda, sus posibilidades de ganar la contienda se han reforzado.
Al momento de escribir esta nota (domingo 25 de agosto), el portal de Real Clear Politics registra que, de las doce encuestas levantadas en agosto sobre la elección general, en nueve de ellas liderea Kamala Harris y solo tres encabeza Donald Trump. El promedio ya favorece a Harris, aunque aún con margen limitado de 1.5 por ciento. Sin embargo, es claro que en solo un mes Harris le da dado la vuelta a la contienda y remontado una desventaja que a veces alcanzaba los seis o siete puntos. Veremos si la cobertura en medios y el éxito de la convención demócrata se refleja en mayor ventaja en las preferencias electorales para la mancuerna Harris-Walz durante las próximas semanas.