El gran tema de la salud en México
Por Germán Lohr Granich
Hermosillo.- El Senado de la República a través del Instituto Belisario Domínguez público hace dos años en su portal mirada legislativa 197, un estudio muy vigente pero que lleva varias décadas en cartelera.
Me refiero a la "Magnitud del sobrepeso y la obesidad en México: un cambio de estrategia para su erradicación" de la autora Irma Kanter Coronel, por cierto, de gran apoyo legislativo para lo que aquí comentaremos.
En síntesis, el sobrepeso y la obesidad son el problema número uno en el país que afecta desde la niñez y la edad adulta hasta la vejez, tanto a hombres como mujeres.
Esta alta prevalencia es un factor de riesgo para el desarrollo de múltiples enfermedades como diabetes tipo 2, cardiovasculares y varias crónico-degenerativas, todas ligadas con la alimentación y el modo de vida actual.
Llevamos ya algunas décadas que dejamos de comer frutas y verduras, o sea la proteína vegetal, y le entramos con singular alegría a las carnes rojas y sobre todo a productos con alto contenido en grasas saturadas, sodio y la tan temida azúcar.
Si a lo anterior le sumamos a que casi el 60% de la población no realiza ningún deporte o ejercicio físico, pues terminamos convertidos en lo que somos, en el segundo país del mundo con más sobrepeso y obesidad después de los vecinos del norte-EUA-.
Tan solo en la población adulta afecta a 8 de cada 10 personas de 20 años y estimaciones de la OCDE advierten que en los próximos 25 la esperanza de vida en vez de aumentar bajará 4.2 años.
En consecuencia, estamos perdiendo años de vida sana y al mismo tiempo gestando una enorme presión en las finanzas públicas, particularmente en el gasto anual en Salud que también afecta la productividad del empleo en horas-hombre perdidas dada las enfermedades que todo esto nos acarrea.
Actualmente se sigue trabajando algunas estrategias de políticas públicas con las reformas a la Ley de Salud que nos advierten del consumo dañino de ciertos alimentos y bebidas.
Veamos algunos datos: 6% de los cánceres en el país, 28% de la diabetes y 62% de las enfermedades cardiovasculares son atribuidas a factores alimentarios y el registro de la causa básica de muerte desde los setenta así lo viene avalando.
Por todo ello se requiere dar la voz a los especialistas en la materia quienes sostienen contra viento y marea que la clave para erradicar o al menos aminorar la obesidad y el sobrepeso no solo descansa en los tres órdenes de gobierno.
La clave radica también en organizar a la iniciativa privada y las organizaciones de la sociedad civil para promover estilos de vida y consumo de alimentos más saludables.
Por el momento el país es el cuarto en Latinoamérica en instrumentar los etiquetados nocivos para la salud en alimentos y bebidas envasadas que se comercializan sean nacionales o extranjeras, tal como se hace en Perú, Chile y Uruguay.
Hay pues ya ciertos avances notables pero insuficientes y necesitamos trabajar mucho más para lograr erradicar estos problemas, más aun con la pandemia de COVID-19 que sin lugar a dudas afectó al doble de población adulta con obesidad y sobrepeso.
Necesitamos entrar y profundizar en varios entornos, sea en el hogar y en las escuelas sin descuidar los centros de trabajo y los espacios públicos, por lo que podemos concluir que hay todo por hacer en los años que se acercan sexenalmente hablando.
HE DIXI