
11/03/2025 09:32 / Uniradio Informa Sonora / Columnas / Actualizado al 11/03/2025
@chefjuanangel
-¡Mañana hay examen de español, no se les olvide!-
En medio de las 6 filas de mesabancos, circulaba de mano en mano un trozo de hoja de cuaderno doblada en cuatro partes...
-¡Pásalo a la Lupita!-
-Es para la Lupita-
Todos se reían entre dientes esperando la reacción de Guadalupe cuando llegara el papel a sus manos -¡Toma!- le dijo Noé mientras aventaba el papel encima del libro de español; todos comenzaron a murmurar -Silencio, ¿qué está pasando ¿Ya anotaron la tarea?- dijo el maestro; todos guardaron silencio mientras que Guadalupe comenzó a tragarse las lágrimas y mocos para evitar hacer una escena frente al salón -¡shhrrbrjnrjrn!- Noé se acercó al oído izquierdo de Lupita, le recitó una frase en tono burlesco y justo al terminar, la susodicha comenzó a llorar pausadamente, emitiendo un agudo chillido parecido al de un puerquito maltratado.
"Riiiiing, riiiiing"
La primera en salir del salón fue Guadalupe, empacó los libros, juntó los lápices de madera para colorear, los metió en una bolsita y enjugó sus lágrimas con la manga del suéter.
-Adiós Lupita, no corras, te vas a caer- gritó Nacho, el conserje; el salón de cuarto año estaba al final del pasillo derecho, Lupita lo atravesaba velozmente y cuando empezaba a bajar los escalones que daban a la calle, se le enredaron las agujetas de los mocasines negros y cayó de boca raspándose por completo el mentón, levantó la mirada y tenía frente a ella el papelito que Noé le había aventado, al releer la frase comenzó a llorar a cántaros. -Ayyyyyyy, ayyyyyyyy- Guadalupe no lloraba por los raspones en su cuerpo, su llanto se debía al mensaje escrito con pluma rosa flourescente en el trozo de papel. Cómo pudo levantó sus cosas y corrió cuesta abajo con las mejillas empapadas en lágrimas.
-Ay va la loca otra vez-
-La Concha debería hacer algo por su hija, esas cosas son de loquitos-
La gente murmuraba a espaldas de la pequeña Guadalupe -¡Amáaaa, amáaaaaaa!- gritaba parada frente a la puerta de lámina café mientras la golpeaba fuertemente con sus dos manitas regordetas como empanaditas de calabaza -¡Ay Guadalupe, otra vez!- dijo su mamá. Una vez que abrió la puerta la niña aventó la mochila y entró corriendo directo a la cocina, sobre la estufa había tres cacerolas: frijoles puercos, arroz blanco con elote y carne con chile -¿Cuántas veces te he dicho mijita que con el favor de Dios nunca nos va a faltar la comida?-
El más grande temor de la pequeña Guadalupe era no tener comida en la mesa; para burlarse, sus amigos le escribían frecuentemente un mensaje que decía: ¿Tienes hambre?
Aprovecho para hacerte la misma pregunta: ¿Tienes hambre?, porque si no la tienes eres un privilegiado; la cuarta parte de la población mundial no tiene nada para comer, además, 45 millones de niños sufren desnutrición a nivel mundial. Seamos más agradecidos.
Chef Juan Angel Vásquez - Licenciado en Periodismo y chef profesional, creador de contenidos gastronómicos para plataformas digitales y embajador de marcas de alimentos.