06/01/2025 14:02 / Uniradio Informa Sonora / Columnas / Actualizado al 06/01/2025
Manuel Valenzuela V.
Como presumo que durante 2025 tendremos que hablar de muchos problemas, he decidido empezar el año con algo suave y agradable. Una buena manera de aprovechar los periodos de asueto, además de darle comida y bebida al cuerpo, es alimentar el espíritu, y una buena manera de hacerlo es a través de la lectura.
Espero que los escasos lectores de esta columna hayan disfrutado de buenos libros durante las fiestas navideñas. Yo por mi parte leí una novela reciente del gran escritor y periodista español Arturo Pérez-Reverte que se llama "El Problema Final". Les voy a comentar mis impresiones sobre ella, ya ustedes decidirán si se les antoja leerla.
El Problema Final es una novela de corte policiaco clásico con un asesinato, que intenta aparecerse como suicidio, cometido en una isla incomunicada temporalmente por razones meteorológicas y donde solo están nueve personas en el momento del suceso, uno de ellos es el (o la) asesino(a) y otro el investigador que trata de descubrirla.
Es una novela en la que Pérez-Reverte hace una especie de homenaje al personaje del investigador clásico Sherlock Holmes y, en especial a su creador el escritor inglés Arthur Conan Doyle, lo mismo que al actor que interpretó al personaje en muchas de sus películas, Basil Rethbone (Hopalong Basil en la novela).
La historia se desarrolla en una pequeña isla griega en las inmediaciones de Corfú, la segunda mayor en el archipiélago del Mar Jónico, frente a la costa norte de Grecia y muy cerca de la frontera con Albania. Transcurre el año de 1960 y los momentos mas complicados de la Guerra Fría y cuando aún no han cerrado del todo las heridas de la Segunda Guerra Mundial.
Ese es el contexto cuando un actor ya retirado (Hopalong Basil) es invitado por un productor de cine y televisión a pasar unas cortas vacaciones y a discutir un posible regreso de Basil a la pantalla, cuando involuntariamente se ve inmiscuido en la investigación de un crimen cometido por un asesino que aparentemente no ha dejado huellas. La policía de Corfú no puede llegar debido al temporal que ha obligado a suspender la comunicación naval a la isla, así que los pocos habitantes deben arreglárselas solos para descubrir al asesino sabiendo que es uno de ellos.
Todos le piden a Basil que se haga cargo de la investigación ya que, debido a sus películas, lo identifican con Sherlock Holmes. Basil les deja claro que él no es un investigador, es un actor que ha interpretado en el cine al investigador legendario, pero en el aislamiento en el que se encuentran solo nueve personas él es lo más parecido a aquel, así que él tendrá que valerse de la experiencia que adquirió con las películas donde lo interpretó para resolver el caso.
Dentro de las personas que están en la isla se encuentra gente de todo tipo, desde una señora judía que sobrevivió a uno de los campos de concentración nazi durante la Segunda Guerra Mundial hasta un exagente de las SS el temible cuerpo de la policía secreta de régimen de Hitler. Pero también hay personas que podrían tener razones de celos para eliminar a la occisa o incluso la mente maestra del productor de cine que quizá construye y vive la trama de su próximo proyecto. Será Basil el que se encargue de vestirse de Sherlock Holmes para desentrañar el misterio.
Se trata de una novela de fácil lectura donde Pérez-Reverte hace gala de su conocimiento profundo de la literatura de la novela negra europea de mediados del siglo XX lo mismo que del cine de entonces. El juego de frases y situaciones derivadas de casos que enfrentó y resolvió Holmes, así como el recordatorio de las reglas básicas de la buena novela policiaca, que hace el autor en el desarrollo de la trama son verdaderamente sobresalientes y contribuyen a que la historia resulte muy interesante y entretenida.
Hay también en la obra un sesgo de nostalgia hacia el género policiaco clásico caracterizado por el duelo de inteligencias entre el asesino y el investigador, lo mismo que una crítica abierta a la moderna novela negra hollywoodense enfocada más en los efectos visuales y en las armas.
Aunque esta novela de Pérez-Reverte fue recibida con comentarios divididos por la crítica especializada, la verdad es que a mí me gustó mucho. No es fácil desarrollar una historia donde el autor va sembrando pistas, verdaderas y falsas, y al mismo tiempo cumplir con el principio básico del género policiaco donde el lector no debe ser el primero en descubrir al asesino antes de que el autor lo revele en el capítulo final. Pérez-Reverte lo logra con solvencia en esta novela.
Pero no solo la trama es lo importante en esta obra, también lo es la escenografía, los personajes, los paisajes descritos, el lenguaje y el estilo de vida de la época. La sola descripción del paisaje de las islas y costas del Mar Jónico y de lugares con tanta historia como las islas griegas envueltas en el misterio de la trama, hace que de por sí la novela valga la pena.
Si a usted le gusta el género policiaco clásico y las novelas de Conan Doyle y Agatha Christie, estoy seguro de que disfrutará de leer El Problema Final.