04/09/2023 13:55 / Uniradio Informa Sonora / Columnas / Actualizado al 04/09/2023
Manuel Valenzuela V.
Acabo de terminar de leer la novela del escritor y dramaturgo sinaloense, Élmer Mendoza, "Ella entró por la ventana del baño". Le comento que estoy gratamente impresionado por esta nueva obra. Antes escribí en otros espacios mi impresión de par de novelas de este mismo autor: "Un asesino solitario" hace ya tiempo y, recientemente, "Asesinato en el Parque Sinaloa".
Debo confesar que empecé a leer a Élmer Mendoza con un cierto prejuicio por tratarse del subgénero de la llamada "narcoliteratura" dentro del género de la novela negra o policiaca. La veía como algo parecido a lo que en la música son los narcocorridos y el cine de narcos, y generaba en mí cierto rechazo, de entrada. No fue el caso de la primera novela que leí de Mendoza, "Un asesino solitario", que me gustó mucho, pero sí tenía cierta reticencia a leer sus otros libros. Sin embargo, conforme e ido conociendo mejor su obra, la valoro mejor y me gusta cada vez más.
En "Ella entró por la ventana del baño" Mendoza desarrolla una historia en la que el detective Edgar "El Zurdo" Mendieta" se enfrenta a un nuevo caso que amenaza su vida, la de su jefe el comandante Briseño de la policía ministerial, y la de su ayudante, el torturador "El Gori" Hortigosa. Le han encargado al zurdo que encuentre al asesino del excomandante Manrique, antiguo jefe de la policía ministerial que veinte años atrás atrapó y metió a la cárcel a un poderoso capo de la mafia.
Esta vez "El Zurdo" Mendieta y su equipo se enfrentan a un poderoso narcotraficante llamado Sebastián Salcido, que antes fue militar de élite del ejército mexicano (algo así como Los Zetas) y que ahora disputa la hegemonía sobre el corredor del noroeste al cártel dominante, al que desea arrebatar la plaza de Mexicali. Así que, en esta ocasión, "El Zurdo" Mendieta tiene que unir fuerzas con la gente de Samantha Valdez, la poderosa líder del Cártel del Pacífico y amiga personal, para tratar de vencer a Salcido, al que apodan "El Siciliano". Se trata de una lucha entre la policía ministerial unida al cártel dominante luchando contra otros narcos que los desafían. Menos mal que se trata de una obra de ficción y nada tiene que ver con la realidad, porque si no, ¡imagínese!, policías y narcos unidos.
En esta ocasión el célebre "Zurdo" Mendieta enfrenta un problema adicional. Tiene que desarrollar una investigación paralela que nada tiene que ver, aparentemente, con la historia principal. Un señor mayor, en su lecho de muerte, le ha pedido encontrar a una hermosa mujer que fue su amante veinte años atrás y lo hizo muy feliz por un tiempo. Esa es la última voluntad del moribundo y el "Zurdo", como tiene corazón de pollo, no puede negarse a tratar de cumplirle ese deseo. Sobre este doble carril de investigaciones Élmer Mendoza desarrolla una tormenta de pasiones, aventuras y violencia que sacude Culiacán y que pone a prueba las habilidades detectivescas de Mendieta y la capacidad operativa del grupo de su amiga, la líder del Cártel del Pacífico.
También podemos apreciar en esta obra lo breve de la vida y el poder de los recuerdos en los deseos postreros del viejo Ricardo Favela que quiere dedicarle a su amante fugaz los últimos suspiros de su vida.
Más allá de la historia misma, esta novela es un derroche de las capacidades narrativas de Élmer Mendoza y de su conocimiento y manejo del lenguaje sinaloense (norteño en general), a la vez que, de la crudeza y normalidad de la violencia, esta vez entrelazada con la descripción de la belleza femenina culichi y el sexo exquisito.
Es raro leer una obra donde los personajes se mueven al margen de los valores, al menos bajo los conceptos del bien y del mal que conocemos, y donde la vida es algo circunstancial que hoy está, pero mañana quien sabe, y ni siquiera preocupa demasiado a los protagonistas. Una situación donde la violencia y la muerte se han normalizado.
Por otro lado, a diferencia de otras de sus novelas donde Mendoza se esmera en describir las delicias de la comida sinaloense, al grado de hacer salivar a muchos lectores, en esta obra no se detiene demasiado en este punto, aunque no deja de mencionarlo. Sin embargo, el autor nunca se olvida de la música que gusta al detective Mendieta: los Beatles, los Rolling Stones, Paul McCartney, entre otros. De hecho, el título de la novela viene de la canción de los Beatles "She Came In Trough the Bathroom Window".
No se cómo vaya a juzgar la historia la literatura y la obra de Élmer Mendoza, pero tengo la impresión de que cuando pasen los años y las nuevas generaciones de mexicanos estudien esta etapa violenta que vive el país, se le recordará y reconocerá como el escritor mexicano que mejor supo describir el lenguaje de la violencia y la subcultura del desprecio por la vida que le son inherentes a los grupos del crimen organizado y que desafortunadamente distinguen a la etapa que nos está tocando vivir.