En Sus Marcas, México hacia 2024
Luis Rubio, economista y Presidente de México Evalúa, acaba de publicar el libro llamado "En Sus Marcas, México hacia 2024", de editorial Grijalbo, muy a tono con el quinto año de gobierno y el proceso electoral a la vuelta de la esquina.
Libro de 237 páginas ameno y de fácil lectura, dividido en dos partes y un apartado para conclusiones. En el prefacio el autor destaca su deseo, muy vehemente por cierto, de entender y explicar el momento actual que vive el país y lo que se nos viene en el 2024.
Un robusto balance sexenal con su cara y su cruz, anverso y reverso con las claves históricas suficientes de los problemas y los mitos geniales que acompañan nuestro devenir.
Por supuesto, sin olvidar los escenarios que pueden presentarse para bien y para mal al final e inicio del sexenio que viene, esto y más son la razón de ser del nuevo libro de Rubio.
Hay rigor, mesura, y equilibrio en el análisis y varias cuestiones para entender el panorama mediático actual de tal manera que sirva para afinar y repensar el voto para las siguientes pizcas.
Asuntos inagotables que dan y darán mucho que hablar como las obras emblemáticas algunas inconclusas y con grandes sobre costos como el Tren Maya, la refinería de dos bocas, el AIFA, botones mal abrochados e inviables, pero de gran impacto en el gasto.
Populismo, autocracia, reglas del juego trastocadas, vínculos internacionales rotos, Pemex, barril sin fondo, CFE, quemando combustóleo y carbón, dispendio, opacidad, en varios programas sociales.
Falta de buenos resultados económicos, Nearshoring a medias en cuanto a infraestructura son asuntos a revisar junto con la corrupción, desigualdad o el bajo crecimiento económico que nos caracteriza.
No obstante, todo esto, Rubio considera que hay una gran oportunidad para pensar de manera distinta y plantear el futuro desde cero o con base cero para alcanzar lo que queremos lograr y de lo que no deseamos que pase.
Para el colega hay tres retos para el próximo gobierno, gane quien gane: el primero, será construir un nuevo andamiaje institucional, el segundo, corregir el excesivo empoderamiento del ejército y un tercero, reconstruir a la administración pública.
Sin tratar de reinventar la rueda, como acostumbra hacerse cada seis años, el gobierno que venga tendrá que encarar estos retos tan necesarios para mejorar nuestras condiciones futuras.
Ahora bien, en las conclusiones se hace un balance de lo ganado y lo perdido en cuanto a oportunidades del desarrollo se refiere al faltarnos buenos cimientos o una plataforma para poder dar un salto al desarrollo.
La primera oportunidad ocurrió o tuvo que ver con la firma del Tratado de Libre Comercio en los noventa concatenada por cierto a la segunda.
La segunda oportunidad perdida fue a finales de los noventa al distraernos con la crisis del error de diciembre de 1994 que tampoco nos permitió consolidar una plataforma para el desarrollo a mediano y largo plazo.
Y la tercera se deriva del conflicto entre China y los Estados Unidos que ha sido escasamente aprovechada por el actual gobierno. Sin ser aguafiestas, también hubo resultados.
Se reconoce por ejemplo que el TLC logró resolver la crisis crónica de balanza de pagos y además generó reglas claras y mecanismos para hacer cumplir los compromisos fuente de certidumbre y confianza para los inversionistas.
Adicionalmente no debemos perder de vista que gracias a estos tratados contamos con una moderna y eficiente planta industrial capaz de competir con el resto del mundo.
Pero bueno, el autor concluye que México está en la tesitura de su historia y no hay vuelta de hoja o vamos para adelante o vamos para atrás, hacia el futuro o hacia el ocaso.
HE DIXI