22/02/2024 09:16 / Uniradio Informa Sonora / Columnas / Actualizado al 22/02/2024
Por Germán Lohr Granich
En la temática del agua hay una serie de circunstancias menudas y particulares en la que caben diferentes calificativos, entre otros el de errores y omisiones que vale la pena comentar.
Sabemos que no es un asunto menor sino por el contrario que viene ganando peso en los últimos 5 años en el que la sequía y cambio climático es el signo de los tiempos, por no decir la espada de Damocles.
Coincido con el ex secretario de Hacienda de López Obrador fallecido lamentablemente en fecha reciente, Carlos Urzúa, quien escribió su último artículo en el Universal y tituló "El desdén presidencial hacia el agua".
En el caso emblemático de la ciudad de México junto con su valle, era para empezar un asunto cantado respecto a la falta de lluvias y la actual sequía traducida ahora en tandeos y acarreo en pipas costoso, por cierto.
Más aún 5 años de recortes o apoyo presupuestal y un 2024 con 13% menos recursos que el año anterior es un botón de muestra mal abrochado en términos de políticas públicas, miopía imperdonable tanto para el ejecutivo como sus legisladores federales pro 4T.
Aquí si cabe la canción de Juan Comodoro que buscando agua encontró petróleo, pero se murió de sed, canción de Facundo Cabral, empero, ni encontraron agua y tampoco petróleo sino un endeudamiento brutal en apoyo a PEMEX y dos Bocas.
Cosa rara o miopía no dar pie con bola ante la magnitud del irracional endeudamiento público para este año electoral y no canalizar recursos presupuestales para paliar servicios públicos vitales a lo largo y ancho del país.
Si esto está pasando en nuestro centralizado pais y su ombligo la Ciudad de México, imaginemos en ciudades del bajío, norte y noroeste del país sin grandes proyectos hídricos que cubran todas y cada una de las etapas y logística que implica holísticamente el tema del agua.
Desde su producción, embalse, explotación sustentable, redes, distribución, cobro y facturación y largo etcétera. Según organismos como el Consejo Consultivo del Agua, ausencia de lluvias, desforestación, contaminación y fugas siguen causando estragos y fueron advertidas por los especialistas.
Lo cierto y lamentable es que la mayoría de los diagnósticos de hace 40 años siguen imperando, no así el haber previsto la actual escasez que pudo pudo haberse paliado con buenos proyectos hídricos.
Recuerdo el proyecto de Cutzamala en los ochenta para surtir entre el 30 y 40% del suministro, proyectos que no se ven pero que se sienten a medida que abrimos la llave y no hay agua.
Ahora resulta que ese surtimiento es insuficiente ya que se pierden en la red una gran parte, quizá hasta el mismo 40% del suministro y no hacer gran cosa al respecto es peor que un tiro en el pie.
El ejecutivo federal sale con que se abrirán nuevos pozos para salir del problema y entrar en otro más profundo, ¿entenderá la problemática real de sobrexplotación del manto acuífero?
En suma, ya es hora de poner en blanco y negro con su anverso y su reverso, su cara y su cruz todas y cada una de las propuestas de solución por duras y difíciles que resulten.
Reflexionar sobre el futuro cercano que nos espera es prioridad nacional, sobre todo en materia de cultura y ahorro del agua, mejor gobernanza y mejores servicios públicos en vez de obras faraónicas.
HE DIXI.