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Fundillo de cochi

Un sabroso cocido se servía al terminar la procesión de hombres que imploraban a Dios por las lluvias.

Olla en la lumbre
Olla en la lumbre Freepic

por Juan Ángel Vásquez

03/12/2024 10:27 / Uniradio Informa Sonora / Columnas / Actualizado al 03/12/2024

@chefjuanangel

-Padre Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre...

-Dios te salve María, llena eres de gracia...-

El estrecho camino estaba cubierto de polvo, apenas se divisaban los sombreros que avanzaban lentamente.

-¡Juanillo, cuidado con la rama!- gritó Arnoldo cuando se aproximaba una rama de mezquite, Juanillo bajó la cruz de 2 metros y la resguardó, luego volvió a elevarla para seguir la ruta, faltaban casi dos horas de camino. "El Zeta" rezaba el primer misterio, "El Quemado" el segundo, Gapito el tercero y así sucesivamente hasta que llegaban las famosas letanías de Cipriano, de 3 respiros recitaba las 54 y todavía le quedaba oxígeno para agregar las de su propia invención -Santa Virgen del Perpetuo Socorro, ruega por nosotros; San Pedro Apóstol de la Cueva, ruega por nosotros, San Juditas Tadeo Milagroso y Piadoso, ruega por nosotros- los 25 caballeros, de entre 40 y 50 años, marchaban con respeto absoluto mirando al cielo y clamando a Dios.

Una noche antes, en el mentidero de Adrián estaban reunidas las grandes mentes de la capital del mundo; bajo la luz de una lámpara de petróleo acomodada en la banqueta, los caballeros discutían y trataban de darle solución al futuro.

-Oye Juanillo, ¿cuándo irá llover?-

-¿Ya hace falta verdad Arnoldo?-

-Sí, los pozos se están secando y la comida escaseando...-

-¿Supieron que se le murió el burro al Güero de la Fina?-

-Si, la Licha de Teodoro le dio el buen morir con una santiguada, el pobre se insoló a un lado del palofierro-

-Entonces Juanillo, tú le pides la Cruz al padre y salimos a las 2 de la tarde-

Los sembradores y ganaderos habían hecho el pacto anual, la fuerte sequía estaba llegando a su límite, ya era necesaria la procesión de hombres. Ataviados con sombreros, tehuas con suela de llantas, pantalones de mezclilla, camisas de manga larga y pañuelos para secar el sudor, caminaban implorando por lluvia a Dios; las mujeres salían de casa, tapaban su cabeza con un trapo y la inclinaban hasta que pasaba el último rezador.

Después de 2 horas y media de camino llegaban a su destino, "El Aguajito". En medio de la milpa de Los Básaca, había un ojo de agua que era punto de reunión de jornaleros; junto a la pila de agua estaba la Chu del Paletas atizándole a la olla, mientras que la Ramona de Nacho aventaba las últimas tiras de carne con hueso de la temporada; habían sido donadas por la Chica, se trataba de medio costillar de res deshidratado al sol, la única manera de conservar la carne; después agregó garbanzos, ejotes, cebolla y ajo. Cuando la tarde empezó a caer, sirvieron el cocido -Ramona, pásame el fundillo de cochi- gritó Juanillo, la susodicha asó unos guajillos en las brasas, los pulverizó en el molcajete y se los pasó para que sazonaran el caldo.

Decían que la primera cucharada de este potaje delicioso sazonado con chile te enroscaba la cola de alegría y te regresaba la fe, tanto que se te ponía la retaguardia como fundillo de cochi, ¡así de sabroso era!

Chef Juan Angel Vásquez - Licenciado en Periodismo y chef profesional, creador de contenidos gastronómicos para plataformas digitales y embajador de marcas de alimentos.