16/09/2024 13:53 / Uniradio Informa Sonora / Columnas / Actualizado al 16/09/2024
Por Manuel Valenzuela V.
La victoria de Kamala Harris en el debate del martes pasado ante una audiencia de 77 millones de televidentes puede haber marcado el rumbo y el destino de la presente campaña electoral de los Estados Unidos. Desde luego que aún pueden pasar muchas cosas en un proceso tan competido como el actual, pero veo poco probable un giro brusco a favor de Trump en lo que resta de la campaña.
Seguí con atención el debate del 10 de septiembre entre Kamala Harris y Donald Trump por la cadena CNN. Advertí que previo a éste había nerviosismo y expectación en los comentaristas y analistas invitados por la cadena, ya que Trump es una persona con un enorme manejo escénico en la televisión y tiene gran experiencia al haber participado en siete debates presidenciales anteriores. En cambio, la vicepresidenta Harris era primeriza en debates presidenciales y no se sabía como se comportaría ante las cámaras al tener de lado a una figura provocadora como el candidato republicano.
Al final el balance de lo sucedido resultó muy favorable para la vicepresidenta y muy complicado para Trump. Kamala se vio tranquila después de un ligero titubeo en el inicio de su primera intervención, estuvo siempre a la ofensiva y mostró un gran conocimiento de los temas. Trump, en cambio, estuvo a la defensiva tratando de parar los golpes que le lanzaba Harris y, aunque lo intentó, no pudo posicionar sus temas. En varios momentos del debate se mostró enojado y a veces iracundo incluso hasta con los moderadores, mientras Kamala sonreía y comunicaba bien con sus expresiones.
En cuanto a los temas específicos que se abordaron, me parece que Harris posicionó bien el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo (aborto), el tema de política exterior donde se posicionó claramente a favor de Ucrania y de una salida negociada en el conflicto de Gaza a partir del reconocimiento de los dos estados, al mismo tiempo que reafirmaba su apoyo a Israel y condenaba el terrorismo de Hamás. En el tema económico se enfocó en el bienestar de las clases medias, en el empleo, en ampliar los servicios y apoyo a la salud, lo mismo que en los subsidios a las familias jóvenes para que compren su primera vivienda.
En política convocó a dejar atrás la etapa del odio y el caos que ha significado Trump y el trumpismo. Repitió que los estadounidenses tienen más cosas en común que diferencias y que ella gobernará para todos sin importar si son demócratas, republicanos o ciudadanos sin partido.
Por su parte, Trump quiso enfocarse en los dos temas que le son favorables: migración y economía (inflación), pero no logró posicionarlos como centro del debate como él pretendía. En materia de economía, su principal afirmación fue que la gente estaba mejor cuando él gobernaba que actualmente con Biden de presidente y Harris de vicepresidente. También defendió su propuesta de recortar impuestos y poner tarifas a los productos importados de todos los países. Sin embargo, Kamala lo atacó diciendo que no tenía un plan específico para ayudar a las clases medias y que con el recorte de impuestos lo único que quería era favorecer a los billonarios de Wall Street y a él mismo.
En materia de migración, Trump repitió que la política de fronteras abiertas de Biden y Harris había sido un desastre y que había dejado entrar a millones y millones de inmigrantes de todo el mundo incluyendo delincuentes y terroristas. El momento culminante de su desvarío fue cuando dijo que, en Springfield, Ohio, los inmigrantes se estaban comiendo a las mascotas (perros y gatos) de los residentes. Prometió que el primer día de su mandato cerraría de inmediato la frontera con México y deportaría a todos los inmigrantes sin papeles que hoy viven en Estados Unidos.
Por su parte Kamala contratacó diciendo que una comisión bipartidista había acordado pasar una reforma que ponía controles estrictos en la frontera sur al mismo tiempo que ampliaba los canales legales para la inmigración, pero que Trump había ordenado a los republicanos no pasar esa reforma porque eso podía perjudicar a su campaña. Harris remató diciendo a Trump que no le interesa resolver los problemas de los ciudadanos, sólo beneficiarse del poder.
En materia de política exterior, el moderador le preguntó a Trump si creía que el triunfo de Ucrania era en el mejor interés de los Estados Unidos, a lo que respondió que lo que él proponía era detener de inmediato esa guerra, pero evadió pronunciarse a favor de Ucrania. Harris bateó esa recta posicionándose claramente a favor de Ucrania y reafirmó la alianza estratégica de Estados Unidos con los países europeos.
Al final del debate la encuesta telefónica de CNN arrojó que 67 por ciento de los que vieron el debate consideraron que lo ganó Kamala Harris, mientras que solo el 33 por ciento vieron ganar a Trump. Resultados similares registraron las encuestas de los principales medios de comunicación, con la única excepción de Fox News que dio a Trump como ganador. Adicionalmente, 13 de los 14 editorialistas del New York Times que dieron su opinión dieron a Harris como la clara ganadora. Por último, la comprobación de la veracidad de los datos (facts check) de CNN arrojó que Trump dijo 33 mentiras contra solo una de Harris.
Por ello decimos que Kamala Harris pasó la gran prueba, se vio presidenciable, con experiencia y mostró que conoce bien los temas que interesan a los electores estadounidenses. Además, mostró que tiene excelentes capacidades para comunicar. Las encuestas de preferencias electorales ya están mostrando inclinación para el lado demócrata, aunque no se puede cantar victoria. Lo que si parece claro es que desde que Harris relevó a Biden en la candidatura demócrata no solo revirtió las tendencias desfavorables a los demócratas, sino que rebasó ya a Trump en las preferencias generales. Falta aún que se despegue también en los estados bisagra. Estaremos expectantes de lo que suceda en los cincuenta días que restan a la campaña.