Columnas

La armonía de las células

Una exploración de la medicina y el nuevo ser humano.
La armonía de las células Archivo
Manuel Valenzuela 18-03-2025

Manuel Valenzuela V.

No recuerdo si fue durante el verano o el invierno de 2023, cuando en un viaje familiar por la ciudad de Tucson, visitamos la librería Barnes & Noble que se localiza por la calle Broadway, hacia el este de la ciudad cerca de la calle Swan. 

Buscaba un libro de Anne Applebaum que me ayudaría a entender las guerras de Rusia contra los ucranianos antes de la era de Putin.

Al darme una vuelta por la sección de libros en español, mientras mis nietos se la pasaban bien en la sección de niños, vi un texto voluminoso que llamó mi atención. 

Su título era La armonía de las células, al que se agregaba el subtítulo: una exploración de la medicina y el nuevo ser humano. Su autor, para mi desconocido entonces, era Siddhartha Mukherjee, un oncólogo de origen hindú que se desempeña como profesor de medicina en la Universidad de Columbia. 

Como me gustan los libros de divulgación científica lo compré, pero no lo leí de inmediato, lo puse en la lista de espera porque entonces estaba siguiendo otros temas.

En diciembre del año pasado, empecé su lectura y lo terminé hace apenas un mes. Se trata de un libro extraordinario. 

Para un lector neófito como yo en temas de biología, bioquímica y medicina, adentrarme un poco en entender la armonía en el funcionamiento de las células y ver desde otro ángulo las enfermedades que aún hoy consideramos como incurables -como el cáncer, por ejemplo- fue un verdadero descubrimiento.

No pretendo, desde luego, reseñar el libro ni tengo la capacidad ni la formación para intentarlo, pero creo que vale la pena platicar un poco de los tópicos que aborda para que los interesados en los temas de la biología celular y de la química de la vida puedan interesarse en leerlo. 

Siddhartha Mukherjee no es ningún improvisado. Es un científico aún joven (nació en 1970 en Nueva Delhi), se graduó en Stanford y doctoró en medicina en Harvard. Tiene varios libros publicados, entre ellos: "El Gen. Una historia personal" y "El emperador de todos los males" (el cáncer) y se cuenta entre los ganadores del Premio Pulitzer en la categoría de no ficción. O sea, la combinación perfecta: científico y divulgador.

El libro que aquí comento está dividido en seis partes. La primera está dedicada al descubrimiento de las células. Es un breve recorrido por la curiosidad de mentes brillantes que observaron la naturaleza, intentaron describir lo que veían y luego trataron de explicarlo. 

Desde los "pequeños animálculos" que vio Antoine van Leeuwenhoek en 1675 cuando observó el agua contaminada con el microscopio sencillo que él mismo había construido, o las observaciones que poco antes había hecho Robert Hooke al observar el corte de un corcho y descubrir lo pequeños paneles regulares a los que llamó células (sin darse cuenta aún de que eran esqueletos diminutos de células que alguna vez estuvieron vivas), hasta las observaciones del monje Gregor Mendel sobre la los principios de la herencia en la segunda mitad del siglo XIX, pasando por los trabajos de Matthias Schleiden, Theodore Schwann y Rudolf Virchow descubridores de los principios de la biología celular (todos los seres vivos están compuestos por una o varias células; la célula es la unidad básica de la estructura y organización de los seres vivos; toda célula procede de otra célula; la fisiología del cuerpo es función de la fisiología celular; y la enfermedad, es el resultado de la fisiología alterada de las células) se abordan en esa primera sección. 

La segunda parte, compuesta de cuatro capítulos, está dedicada al análisis de la célula individual, su anatomía (componentes) y su fisiología (funcionamiento), los mecanismos de su reproducción y los fenómenos bioquímicos que la hacen posible. 

El papel de distintos tipos de proteínas que se encuentran en el interior de la célula y las funciones que cada una de ellas desempeña para que la unidad viva, se alimente, elimine los desechos, se proteja de elementos externos y pueda reproducirse. Se incluye desde luego un análisis de los genes y la transmisión de las características y funciones que cada célula debe desarrollar en la integración y funcionamiento de los tejidos y los órganos que permiten que los organismos vivan.

La tercera parte, integrada por seis capítulos, analiza las células de la sangre y su papel fundamental para la vida del organismo. Los glóbulos rojos, su composición y su tarea de llevar el oxígeno para generar la energía a todas las demás células para que hagan su trabajo; las plaquetas y su papel restaurador al ayudar a la coagulación ente cualquier hemorragia; o las células defensoras -glóbulos blancos- del organismo ante cualquier intento de invasión de virus o bacterias patógenas que provocan las enfermedades. 

También aborda en esta sección el gran tema de la inmunología, el importante rol de los Linfocitos T y su función de identificar lo propio de lo ajeno, pero también la forma en la que pueden atacar al propio organismo. 

Y lo más importante e interesante de todo eso es la explicación de cómo las células pueden hacer eso, qué sustancias bioquímicas actúan y cuándo deben hacerlo. 

En la cuarta parte se analiza el fenómeno de la pandemia del COVID-19 y la manera que impactó a la comunidad científica al asestar un "golpe de humildad" al mostrar que, a pesar de los múltiples avances en la medicina, es mucho más lo que falta por conocer. 

La quinta y penúltima parte del libro, Mukherjee la dedica al análisis de los órganos, que se definen como "una unidad estructural o anatómica en la que las células se asocian para servir a un propósito común". 

Para que los órganos funcionen -dice el autor- debe haber un alto grado de especialización en las células y una gran comunicación entre ellas y con otros órganos ya que desarrollan funciones complementarias. 

Se explica de manera excepcional la forma en la que actúan las células del corazón, del hígado, de los riñones, del páncreas y muy especialmente las neuronas como articuladoras de múltiples sistemas complejos que hacen posible la vida. 

La sexta y última parte se dedica al análisis del tema de la reparación y la renovación de las células donde las llamadas "células madre" tienen un papel fundamental. 

No todas las células tienen la capacidad de renovarse, solo hay algunas que han quedado como reserva de las células originarias del feto y se encuentran en lugares específicos del cuerpo. 

Es el caso de la sangre están en la médula espinal, pero las células de cada órgano parecen haber escogido su propio camino para regenerarse y algunas no pueden hacerlo como las neuronas y las del riñón.

También se aborda en esta sección el tema del comportamiento de las células cancerosas que parecen quedar entrampadas en el mecanismo de reproducción perpetua y que se comportan de manera distinta en cada órgano al que atacan, por lo que no hay una manera única de atacar la enfermedad. 

La ciencia ha avanzado mucho en la cura de ciertos cánceres, como la leucemia, con el tratamiento de los linfocitos T con las células madre de la médula espinal, pero no funcionan para otros tipos de cánceres. 

En fin, son muchos los tópicos interesantes sobre el funcionamiento del organismo y de las enfermedades que se pueden conocer con la lectura de este extraordinario libro. 

Desde luego que esto lo dominan los médicos y científicos especialistas en la biología celular, pero no los ciudadanos comunes como el que esto escribe. Siddhartha Mukherjee, como todos los grandes divulgadores de la ciencia, tiene la habilidad de poder explicar de manera sencilla temas que son muy complejos. 

Por ello, si usted en curioso y le interesan estos temas, le recomiendo ampliamente la lectura de este libro.         

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