La cruel incertidumbre, próximos pasos
Por Germán Lohr Granich
No haré caso a la sentencia del expresidente, José López Portillo que decía que los economistas eran como el Búho de Minerva que "retratan en gris lo que ya pasó".
Sin embargo, conviene hacer uso de nuestra reciente historia económica sexenal que concluye que el crecimiento económico en promedio fue menor del 1% con una caída en el ingreso por habitante que ni los aumentos al salario mínimo, remesas o ayudas sociales pudieron paliar.
Obviamente los defensores de la 4T culpan al COVID-19, que si bien es correcto afectó al mundo entero, a nosotros como país, nos fue tantito peor en lo económico como en educación y salud.
Comparados con nuestros pares de la América Latina fuimos de los últimos lugares, y hay evidencia con números claros al respecto. No sólo tuvimos un año malo sino 6, si nos vamos al promedio.
Razones para estos pésimos números hay varias, pero de pasadita mencionaré las malas prácticas y políticas económicas aplicadas que sólo provocaron desconfianza e incertidumbre en tirios y troyanos.
Y vaya que cómo es cruel la incertidumbre, famosa canción de Gonzalo Curiel interpretada por Javier Solís y su magnífica voz, única, suave y profunda.
Recordemos que desde la cancelación del aeropuerto en la ciudad de México, cuyo costo fue estratosférico, empieza como el tango cuesta abajo en mi rodado, ya que siguieron luego broncas con la reforma energética que obstaculizaron nuevos proyectos e inversiones, etc.
No se diga los abrazos no balazos, esto es la gran ola de inseguridad en regiones, carreteras, cobros de piso, extorsiones que todavía siguen a la orden del día, todo esto son razones para generar no un buen ambiente, sino todo lo contrario, diría el clásico.
No hare mención de las políticas de transferencias en programas sociales, muchos de ellos clientelares, pero sí diré que se vinieron abajo presupuestalmente muchos rubros como la educación, la salud, la infraestructura y los servicios públicos a pesar de las obras emblemáticas y poco viables financieramente que ya conocemos.
Ahora bien, o mientras tanto necesitamos reconocer que más continuidad es peligrosa y de lo que se trata es de generar las condiciones de confianza y certidumbre para salir del 1% del PIB y de generar riqueza y mejores empleos.
Veamos, a la fecha ya estamos en dificultades para continuar la política del salario mínimo por encima de la inflación, aun sea constitucional, este año y los dos que siguen las perspectivas no son alentadoras.
Ni el horno está para bollos ni la novia para tafetanes, hay alertas en términos de baja productividad en general y laboral en particular ya que la inflación es también un problema en la estructura de costos y la capacidad de los negocios.
Un sector estratégico como el industrial en los últimos 10 años ha perdido un 15 % de productividad y un sector servicios observa costos cada vez más altos siendo una de las razones que no baje la inflación al 3% como lo desea el BANXICO.
Por si lo anterior fuera poco debemos sumar el deterioro institucional cada vez más amenazado, sea por la reforma judicial o la desaparición de organismos claves para la negociación del T-MEC.
Promesas de mayores transferencias, construcción de vivienda y trenes a costa del deterioro de los básicos servicios públicos y las ciudades o el déficit fiscal es una invitación al fracaso y seguir en lo mismo, más de lo mismo o lo mismo sin más no es el camino.
HE DIXI