08/07/2024 12:36 / Uniradio Informa Sonora / Columnas / Actualizado al 08/07/2024
Manuel Valenzuela V.
A pesar de que Biden lo niega y continúa haciendo campaña este fin de semana, todo parece indicar que su campaña parece estar naufragando. Su desastroso desempeño en el debate reciente organizado por la cadena CNN fue la gota que derramó el vaso y evidenció la necesidad de un cambio en la candidatura demócrata para la elección presidencial de noviembre en los Estados Unidos.
En realidad, el debate solo hizo evidente lo que ya muchos estadounidenses pensaban desde antes: Biden no tiene las condiciones físicas ni la lucidez mental para desempeñar el papel de líder del país aún más poderosos del mundo en una etapa especialmente compleja como la actual. Luce como un candidato frágil, con dificultades para recordar palabras y articular ideas, y con frecuencia luce perdido.
En un artículo reciente de la edición que está circulado, la influyente revista The Economist, que siempre trata de ser cuidadosa, pero a la vez muy clara, comentó que luce como "un anciano decrépito" que no está capacitado para dirigir el destino de Estados Unidos por cuatro años más.
A principios de la semana pasada, el periódico The New York Times, de clara tendencia pro-demócrata, le hizo un llamado a Biden en su editorial para que, pensando en lo mejor para el país, renunciara a su candidatura y diera oportunidad a un nuevo candidato o candidata demócrata le hiciera frente a la grave amenaza que significaría Trump en un nuevo período al frente de la Casa Blanca. Biden sin embargo hasta hoy ha rechazado las "sugerencias" y continúa con su campaña.
Los máximos liderazgos demócratas, como siempre muy disciplinados, en público siguen apoyando la candidatura de Biden, pero en privado, según las cadenas de televisión nacional, se han empezado a mover para lograr un cambio pactado en la candidatura. La propia Nancy Pelosi, influyente personaje demócrata que dirigió en dos períodos a los demócratas en la Cámara Alta y la de Representantes, y amiga cercana del presidente y todavía candidato, ha expresado que son genuinas las preocupaciones de quienes dudan de la idoneidad del candidato para afrontar los retos que se vienen.
Lo cierto es que para un amplio sector de expertos y de analistas de las cadenas televisivas, es cuestión de semanas, si no días, para que se cambie la candidatura demócrata. La nueva fórmula tendría que salir de la Convención Demócrata de agosto próximo, aunque pudiera conocerse antes.
El problema es que las elecciones primarias demócratas (al igual que las republicanas) ya se realizaron y la fórmula Biden-Harris ganó la inmensa mayoría de los delegados, quienes por estatutos están obligados a votar por ellos en la Convención. Solo hay dos maneras en las que los delegados pudieran cambiar el sentido de su voto: que Biden renunciara a la candidatura o que él mismo los liberara de la encomienda de apoyarlo y los conminara a votar libremente por otros posibles candidatos. Es ahí donde se están moviendo los grupos de poder al interior de los demócratas para darle la mejor salida al problema que tienen encima.
Por ello, la semana pasada en la prensa se mencionaron un conjunto de nombres de personajes que podrían sustituir a Biden en la candidatura. Se señala a la vicepresidenta Kamala Harris, al gobernador de California Gavin Newsom, y a gobernadores demócratas de los estados "bisagra" como Gretchel Whitman de Michigan, Josh Shapiro de Pensilvania y Andy Beshear de Kentucky que tienen perfil ganador en los estados que pueden definir la elección. Aunque también se habla insistentemente de Michelle Obama, esposa del ex presidente Barack Obama, y que goza de un sólido prestigio y amplio conocimiento entre los electores.
Sin embargo, al momento de escribir esta columna (domingo 7 de julio) los dados parecen inclinarse por Kamala Harris, la vicepresidenta y compañera de fórmula de Biden para la reelección. Ella sería el personaje que al parecer transitaría más fácil en la convención demócrata, en parte porque los delegados elegidos son para la fórmula Biden-Harris por lo que también son de ella. Quizá no sea el personaje más carismático, porque ahí Michelle Obama la supera, pero es la que menos ajustes y negociaciones requiere al interior de la cúpula demócrata.
El gran problema por ahora es que Biden acepte hacerse a un lado y que de su aval y apoyo a la fórmula que se proponga, lo cual hasta hoy no está sucediendo. Más bien Biden parece aferrado a la candidatura y se resiste a aceptar que ya no es el personaje idóneo.
Pero también está la definición del compañero de fórmula de Harris como candidato(a) a vicepresidente. Según los analistas Harris tiene buena aceptación en el voto de los afroamericanos, entre los liberales y entre las mujeres, especialmente las jóvenes, por su sólida posición en defensa de los derechos de la mujer a definir sobre su cuerpo. Dicho esto, el candidato a vicepresidente apunta a que sea un hombre blanco, y ahí hay dos opciones: Gavin Newsom apoyado por poderosos grupos de California (Silicon Valley y sur de California), aunque una fórmula Harris-Newsom luce como demasiado californiana (ambos son de California) lo que podría no ser bien vista en el resto del país.
La otra opción es que sea uno de los gobernadores del Medio Oeste que tienen el perfil aceptado por los electores de esos estados "bisagra". Eso dejaría afuera a Gretchel Whitman y a Michaelle Obama porque se ve difícil que la fórmula fuera mujer-mujer. En fin, muy pronto sabremos cómo y con quiénes deciden jugárselas los demócratas si es que Biden decide declinar. La decisión también pasa por aquellos liderazgos jóvenes que los demócratas deseen proyectar para el futuro.