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La recesión democrática de América Latina

Durante los últimos diez años Latinoamérica ha experimentado un deterioro continuo y sistemático de la democracia.
Latinoamérica ha experimentado un deterioro continuo y sistemático de la democra Pexels
Manuel Valenzuela 07-08-2023

Manuel Valenzuela V.

Durante los últimos diez años Latinoamérica ha experimentado un deterioro continuo y sistemático de la democracia. Así lo anota el Informe 2023 de "Latinobarómetro" que se dio a conocer recientemente. Este fenómeno se caracteriza por la pérdida del apoyo ciudadano a la democracia, por el incremento de la indiferencia a los tipos de gobierno y por el aumento de las preferencias y actitudes a favor del autoritarismo. 

Latinobarómetro es una ONG que estudia el desarrollo de la democracia, la economía y la sociedad usando indicadores que miden actitudes, valores y comportamientos de los ciudadanos de América Latina. Cada año publica un informe con los resultados de sus encuestas que aplica en 18 países usando las mismas preguntas, por lo que los resultados con comparables en el tiempo. 

En el reporte de 2023, a la aseveración "La democracia es preferible a cualquier forma de gobierno", solo el 48 por ciento de los ciudadanos entrevistados manifestaron su acuerdo con ella, 15 puntos menos que en 2010. Por otro lado, a la afirmación "En algunas circunstancias, un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático", en 2023 un 17 por ciento apoyó esa aseveración, un aumento de 4 puntos con respecto a 2020, aunque dos puntos menos que el máximo alcanzado en 2001.

Los resultados difieren dependiendo del país y los promedios reflejan tendencias generales a nivel región. Hay países que muestran democracias en retroceso como es el caso de Honduras, Guatemala y México, donde el apoyo a la democracia disminuyó considerablemente entre 2020 y 2023. Se trata de países que el informe cataloga como democracias vulnerables. Hay otras naciones con democracias débiles, pero que han mejorado en los últimos tres años. Es el caso de Panamá, Brasil y Colombia, donde a pesar de que el apoyo a la democracia es inferior al 50 por ciento, éste se ha incrementado.

Hay otros datos interesantes que contiene el informe: por sexo, el apoyo a la democracia es mayor en los hombres que en las mujeres (51 vs 45 por ciento); por edades, los jóvenes (16-25 años) apoyan menos a la democracia que los adultos (61 años en adelante), un 43 vs 55 por ciento; y, por nivel educativo, el patrón que observan es que a un mayor nivel de educación hay mayor apoya a la democracia. Entre los que tienen solo educación básica el apoyo es de 40 por ciento mientras que entre los que tienen educación universitaria lo hacen en 60.

Otra variable importante que incluye el informe es el nivel de satisfacción de los ciudadanos con la democracia. Este lo miden con una combinación de preguntas relacionadas con cada uno de los problemas más graves que se enfrentan los países, y es ahí donde está el problema que en buena medida explica el desencanto de los ciudadanos con la democracia; solo 28 por ciento de ellos están satisfechos, es decir, menos de un tercio de la población.

Lo anterior se explica por la incapacidad de los gobiernos para resolver los problemas de la gente. Hay una especie de colapso de las expectativas una vez que los candidatos ganadores se convierten en gobierno. Al respecto se señala que en 18 de 19 elecciones celebradas en América Latina desde 2018, ha habido alternancia de partidos gobernantes. Más que las tendencias ideológicas, lo que cuenta parecen ser los resultados de los gobiernos. 

Un caso especial lo constituye El Salvador, donde su presidente Nayib Bukele, ganó en 2020 con el 53 por ciento de los votos, se afianzó en el poder e inició un proceso de desarticulación de las instituciones democráticas, coartó la libertad de prensa, encarceló a los opositores y ha incurrido en violaciones constantes a los derechos humanos. Sin embargo, a la vez enfrentó con mano dura a las pandillas de los Maras y a los narcotraficantes, los metió a la cárcel y disminuyó dramáticamente los índices de violencia y criminalidad. Hoy las encuestas muestran que el 90 por ciento de los salvadoreños apoyan a su presidente. 

Lo interesante del caso es que ¿dónde cree usted que la democracia tiene mayor apoyo? Lo adivinó, en El Salvador, dónde el 64 por ciento de los ciudadanos apoyan la democracia; le siguen Uruguay con el 59 por ciento, y Costa Rica con el 43 por ciento. Y ¿dónde cree que están menos satisfechos? En Perú, donde solo el 8 por ciento apoya la democracia; le siguen Venezuela, Paraguay, Panamá, Ecuador y Colombia, donde el apoyo es menor a 20 por ciento.

En resumen, el receso democrático de Latinoamérica está fuertemente asociado a la incapacidad de los gobiernos para resolver problemas, además, desde luego, de las crisis económicas que han incrementado las penurias de la población para vivir, y han aumentado los niveles de desigualdad. Por ello, América Latina se ha convertido en un paraíso para los populismos de cualquier signo ideológico.

La gran lección para México que dejan los resultados de este informe, es que, a la hora de votar, no importan tanto las ideologías sino los resultados de los gobiernos. Tal vez todos deberíamos tener presente esta lección a propósito de las elecciones del próximo año, ¿no cree usted?   

   

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