"La zona de interés": felicidad vecina del horror
Por Thalía Ballesteros
El director Jonathan Glazer nos presenta una obra cinematográfica única, siguiendo su característico estilo visual que recuerda a un videoclip, para confeccionar una obra maestra que aborda la tragedia del Holocausto. En lugar de recurrir a imágenes explícitas de tortura y humillación, Glazer sugiere estos horrores de manera subyacente, logrando un impacto mucho más profundo.
La película nos sumerge en la vida de una familia aparentemente común, compuesta por niños, una esposa y el esposo, Rudolf Höss, director del campo de concentración de Auschwitz. A lo largo de la película, que tiene una duración de 1 hora y 46 minutos, presenciamos cómo intentan construir una vida idílica en una casa situada en las afueras del campo.
A diferencia de otras películas sobre campos de concentración que se centran en los crímenes, el odio y la crueldad, esta obra nos muestra el otro lado del muro, donde una familia intenta llevar una vida feliz mientras convive con la tragedia que ocurre a pocos metros de su hogar.
Glazer introduce a un personaje real, Rudolf Höss, conocido como "El Animal de Auschwitz", quien desempeñó un papel crucial en la historia de los campos de concentración. La película nos muestra la vida cotidiana de esta familia alemana, con su belleza superficial y sus oscuros secretos, mientras Höss y su familia intentan mantener una apariencia de normalidad mientras el horror acecha a su alrededor.
El filme utiliza un impresionante juego de sonidos, música y tomas para sugerir el terror de Auschwitz, sin necesidad de mostrarlo explícitamente. A través de una construcción sonora espeluznante y una dirección magistral, Glazer logra transmitir la atmósfera opresiva del campo de concentración.
A lo largo de la película, se observa cómo la familia ignora el sufrimiento que los rodea, incluyendo a su perro, cuyo comportamiento refleja la angustia que siente. La utilización de cámaras ocultas contribuye a la sensación de autenticidad y cotidianidad en las actuaciones de los personajes.
"La Zona de Interés" es una película que no busca entretener, sino más bien provocar reflexión y generar conciencia sobre la banalidad del mal y la complicidad de aquellos que prefieren ignorar el sufrimiento de otros. Es una experiencia cinematográfica intensa y perturbadora que deja una profunda impresión en el espectador.
En resumen, "La Zona de Interés" es una película poderosa y conmovedora que aborda temas difíciles con sensibilidad y maestría. Le otorgo 4.5 Thalíestrellas y recomiendo encarecidamente verla.
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