26/02/2024 11:12 / Uniradio Informa Sonora / Columnas / Actualizado al 26/02/2024
Manuel Valenzuela V.
Recién iniciado el año de 2024 (enero) se publicó el libro "Las dos izquierdas" de Jorge Castañeda y Joel Ortega. Se trata de un esbozo de la historia de "las personas, agrupaciones, partidos, sindicatos (...) y las posiciones que a lo largo de siglo y medio de existencia se distinguieron por luchar por un México más justo, menos desigual, nacionalista y más democrático". Es decir, lo que suele denominarse la izquierda mexicana.
Es un trabajo muy interesante que, aunque no es exhaustivo, nos ayuda a conocer los intrincados caminos que siguieron quienes, desde dentro y fuera del gobierno, sustentaron y defendieron causas ligadas a la justicia social, el nacionalismo y las libertades políticas. Las dos izquierdas de que los autores hablan son: la vinculada al ideario de la Revolución mexicana (RM) y la llamada izquierda independiente.
Vale la pena comentar algo de su contenido que creo le será de utilidad a los lectores interesados en la historia de la izquierda mexicana. El libro abunda en detalles y datos, aunque no en análisis de cómo interpretaron en su momento los grupos la realidad nacional y la respuesta que proponían a los problemas, por lo que los abordaré en dos entregas. Esta primera se abordan básicamente datos históricos hasta el movimiento del 68. En la siguiente, lo referido al desarrollo reciente ya más relacionado con la apertura del sistema electoral para los partidos de la izquierda y la creación de instituciones autónomas como el entonces IFE.
Los orígenes de la izquierda mexicana los autores la ubican en el último tercio del siglo XIX con la llegada al país de un personaje llamado Plotino Rhodakanatary, nacido en la isla de Rodas, que en 1868 fundó el Club Socialista y la publicación "La Social". Ligado a este personaje estuvo Julio Chávez que encabezó una rebelión campesina en el Estado de México y fue fusilado por el gobierno de Juárez. Después se formó el Gran Círculo de Obreros en 1871 que se vinculó a la Primera Internacional Socialista, fundada por Carlos Marx ese mismo año.
Ya durante la Revolución mexicana, los autores definen tres corrientes como de izquierda, aunque no ligadas al socialismo: el zapatismo, por la lucha por la tierra y como precursores de la reforma agraria; el villismo, por el carácter popular de su ejército y por el reparto de los latifundios en Chihuahua; y el grupo que fundó la Casa del Obrero Mundial (COM), que por cierto apoyaron a Carranza y combatieron a Villistas y zapatistas a través de los "batallones rojos". De este último grupo nacería la CROM de Luis N. Morones.
La formación del Partido Comunista Mexicano (PCM) en 1919 marca el inicio formal de lo que los autores llaman la izquierda independiente. Su primer dirigente fue José Allen y su relación con los gobiernos de la Revolución mexicana varió a lo largo de los años, a veces muy crítica y en otras más cercana, pero defendiendo la profundización de las causas sociales de la propia Revolución.
Fue durante el cardenismo cuando tanto la izquierda de la Revolución mexicana y la independiente unieron fuerzas para apoyar el gobierno del general Cárdenas, periodo al que los autores llaman "época de oro". El personaje más destacado de la izquierda de la RM, además del propio Cárdenas, fue en ese tiempo y después Vicente Lombardo Toledano, líder obrero y fundador de la CTM y quien fundaría posteriormente el Partido Popular que luego sería el PPS. También hubo otros personajes destacados en la izquierda de la RM fueron Jesús Silva Herzog, Narciso Bassols, Isidro Fabela (fundador del Grupo Atlacomulco) y Víctor Manuel Villaseñor.
Del lado de la izquierda independiente destacaron personalidades como Hernán Laborde, Diego Rivera (expulsado después por apoyar a Trotsky), David Alfaro Siqueiros, Valentín Campa y Demetrio Vallejo, quienes luego también saldrían del PCM y formarían el Partido Obrero Campesino Mexicano (POCM), así como Arnoldo Martínez Verdugo, entre muchos otros.
Desde el gobierno de Manuel Ávila Camacho la izquierda independiente se alejaría del gobierno, pero la de la RM seguiría en el mismo, aunque a veces con posiciones críticas, hasta el gobierno de Miguel Alemán cuando muchos de sus integrantes quedaron fuera.
Los años sesenta serían complicados para la izquierda independiente. Bajo el impacto del triunfo de la Revolución cubana y los efectos de la desestalinización de la URSS iniciada en 1956 por Nikita Kruschev, y la represión a movimientos sociales como el de los maestros, ferrocarrileros, médicos y el movimiento estudiantil, llevaron a la izquierda a dividirse (maoístas, trotskistas, guevaristas, estalinistas) y a tener mayores dificultades para influir en el movimiento de masas.
Del lado de la izquierda de la RM, con el gobierno de López Mateos pudieron tener acceso a algunas posiciones de gobierno, donde destacaron personajes como Jaime Torres Bodet, Martín Luis Guzmán, Enrique González Pedrero, Carlos Fuentes y Javier Barros Serra entre otros. El Movimiento de Liberación Nacional (MLN) fundado por Lázaro Cárdenas en 1961 hizo nuevamente coincidir a algunos personajes de ambas izquierdas, sin embargo, al disolverse este en 1968 las dos izquierdas siguieron caminando separadas.
En el aspecto programático la izquierda de la RM seguía defendiendo el nacionalismo revolucionario acuñado por Cárdenas desde su gobierno, mientras los independientes habían declarado muerta la Revolución mexicana desde el XIII congreso del PCM de 1960 y ahora luchaban por la Revolución socialista y por instaurar la dictadura del proletariado.
En eso estaba la izquierda mexicana cuando se vino la ola de lucha libertaria en el mundo expresada por la Primavera de Praga y la invasión del ejército rojo a Checoslovaquia para reprimirla. Lo mismo que los movimientos estudiantiles de 1968 en varias capitales europeas (Paris el más conocido) y que tuvo su impacto en México. Pero de eso platicaremos en la siguiente entrega.