LECTURA DE VERANO, CÓMO PERDER UN PAÍS.
De lo más recomendable para el ardiente verano y las vacaciones lo es la lectura, un botón de muestra, el libro de la escritora y columnista política turca, Ece Temelkuran llamado Cómo perder un país, los siete pasos de la democracia a la dictadura.
De editorial Anagrama la autora es columnista en los periódicos más reconocidos del mundo, New York Times, Le Monde, The Guardian, Der Spiegel entre otros.
El volumen del presente ensayo se organiza como un manual de instrucciones para llevar a un país de la democracia a la dictadura de facto en siete pasos, que la autora denuncia a modo de antídoto.
El primer paso es crear un movimiento, vaya no un partido, NO, un movimiento como en México curiosamente. El segundo paso, trastocar la lógica y atentar contra el lenguaje, algo similar al no mentir, no robar, no traicionar.
El tercero, apostar por la posverdad, no me audites, no me pidas cuentas, todo es por seguridad nacional, el cuarto, desmantelar los mecanismos judiciales y políticos, nada de división de poderes, elecciones en la corte, rápido y furioso.
El quinto paso, diseñar tu propio modelo ciudadano, alterar los libros de texto, el sexto, dejar que ese ciudadano se ría del horror, polarizando, mañaneras, y el ultimo construir tu propio país, o tu segundo piso.
Ni más ni menos un retrato hablado de muchos países latinoamericanos por supuesto incluido el nuestro que así empiezan la misa pero que no sabemos cómo termina hasta que nos vemos reflejados en los otros.
La escritora de entrada narra con lujo de detalle lo que aconteció en Turquía desde julio del 2016 con el famoso golpe de estado del presidente Erdogan cuya excusa le permitió activar el engranaje de purgas y detenciones que la llevan a preguntarse ¿Cómo llegó Turquía, que aspiraba a ser europea y moderna a semejante situación?
Recordemos que Recep Tayyip Erdogan es presidente desde el 2014 en un régimen que combina autoritarismo personal con populismo e islamismo al que se suma el nacionalismo turco todo un coctel polarizante cuyo resentimiento contra occidente son parte de las razones de su fortaleza.
Pero bueno, la autora lo que pretende con su libro es abrir una conversación global que vaya agrupando las similitudes políticas y sociales de diferentes países léase, Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, México, no se diga Trump, a fin de detectar la pauta común de los populismos de derecha e izquierda.
Ahora bien, en el capítulo primero del libro se narra el primer paso, la creación de un movimiento y no un partido, que nos habla de las razones del porque no somos iguales como la canción de José Alfredo Jiménez.
Nosotros somos el pueblo real, somos más que un partido y vamos a cambiar este sistema corrupto, somos los representantes del pueblo sabio no contaminados por la política de siempre.
Con este tipo de liderazgo de lo que se trata es de infantilizar a la gente y la infantilización del lenguaje político es un factor crucial y si no veamos a nuestros servidores de la nación.
Los siervos de la nación no solo adoctrinan sino conocen palmo a palmo las comunidades que recorren, también ayudan a facilitar, organizar y coordinar a los derechohabientes de los programas sociales para que reciban apoyos directos a nombre de ya saben quién.
He aquí, la necesidad de abrir los ojos y entablar una conversación global para no caer en lo que muchos otros países lamentablemente vivieron, de esto y más trata el libro el cual recomiendo ampliamente dadas las similitudes con el nuestro.
HE DIXI.