06/06/2024 10:44 / Uniradio Informa Sonora / Columnas / Actualizado al 06/06/2024
Por Germán Lohr Granich
Arranca la semana, el día después de las elecciones, y comienzan las turbulencias en la bolsa y el tipo de cambio, dos variables sensibles que resienten y anticipan nuestra futura volatilidad.
De aquí al arranque del siguiente sexenio será el pan de todos los días, sobre todo el tema económico, ante la incertidumbre de una futura recesión dada la próxima elección en los EEUU, variable que debemos reconocer nos impacta.
Dice el ranchero refrán conforme avanza la carreta se acomodan las calabazas, aunque estamos avisados por organismos como el BID, BM, la OCDE y por los criterios de política económica de Hacienda, que será menor nuestro crecimiento económico, al menos en los dos o tres años que sigan.
El punto es que ya salió el secretario de Hacienda a calmar los mercados y aunque sea escuetamente, envió una primera señal de la mano de la próxima presidenta de la Republica.
En pocas palabras, ofreció estabilidad macroeconómica y prudencia fiscal e incluso reducción de deuda, nada mal para empezar, pero aún insuficiente si no se expresan instituciones como el Banco de México y los organismos empresariales a fin de generar un mejor ambiente de certidumbre.
Falta enviar señales más contundentes, como, por ejemplo, conocer las directrices del próximo plan de Gobierno que vayan frenando la rumorología, la cual si no se detiene a tiempo puede dar al traste con la endeble estructura de nuestras finanzas públicas.
Se entiende y se comprende que un fin de sexenio nos trae un nuevo ciclo económico aun a sabiendas de que la economía sigue su marcha. Sin embargo, la expectativa de crecimiento menor era aquello de lo que por sabido se calla.
Es decir, pasando el proceso electoral debemos centrarnos en el foco de menor crecimiento y no quedarnos cruzados de brazos sino en actitud proactiva. Para las grandes, medianas y pequeñas empresas el horno no está para bollos ni la novia para tafetanes.
Hay una agenda pendiente con asuntos impostergables, empezando con la inseguridad en ciudades, puertos y carreteras, no se diga infraestructura física, energías limpias y baratas, agua potable de manera que sea mejor aprovechable el destino del nearshoring en el país en los siguientes años.
Nos quedan pocos años de la ventana del bono demográfico al haber una mayor proporción de jóvenes en edad de trabajar y necesitamos con urgencia potenciar la inversión en talento e innovación tecnológica.
No hay otra forma de expandir nuestro mercado interno si no es con inversión y empleo, no solo con programas sociales, los cuales ya están al tope al estar comprometido el presupuesto público.
Vendrán no dudemos próximos episodios de volatilidad y, por lo tanto, necesitamos claridad en el rumbo económico por el bien de México, primero México.
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