Nuestra Europa puede morir: Macron
Manuel Valenzuela V.
"Nuestra Europa puede morir" fue el título que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, dio a una conferencia que hace poco dictó en la universidad de La Sorbona en París. Por otro lado, la edición de este fin de semana de la revista británica The Economist incluye como nota principal (de portada) una larga entrevista con el personaje donde brinda su visión de los riesgos de la Europa actual. En ella presenta lo que la revista califica como una visión apocalíptica, pero creíble, del futuro de Europa si Rusia termina por ganar la guerra en Ucrania.
Europa enfrenta un peligro inminente de concretarse una victoria parcial o total de Putin en Ucrania. Dice que el expansionismo ruso no se detendrá y, por el contrario, seguirá con Moldavia, las repúblicas Bálticas y muy probablemente también con Polonia y otros países fronterizos y que en algún momento formaron parte del viejo imperio ruso.
Macron dice que la guerra en Ucrania ha cambiado a Rusia. Que ese país ha desarrollado una economía de guerra y que su ejército es hoy mucho más moderno y poderoso que cuando inició la invasión. Por otro lado, afirma que la guerra también ha mostrado la fragilidad del continente europeo, tanto en el aspecto militar como en su industria, y hace un llamado urgente a revertir el proceso.
El escenario actual -dice- amenaza la paz y el futuro del viejo continente como asiento de la democracia y las libertades está en riesgo. Europa debe despertar y prepararse para lo que viene y reafirma una declaración que hizo en febrero pasado cuando sostuvo que la OTAN debe poner tropas en Ucrania antes de que sea demasiado tarde, a pesar de que esa afirmación le generó muchas críticas de sus propios aliados.
Su propuesta apunta en varias direcciones. En el aspecto militar dice que Europa debe sacudirse su larga dependencia de los Estados Unidos que hoy la hace muy vulnerable. En lo económico llama a adoptar una política industrial continental que dé una respuesta a las políticas proteccionistas de Biden en su confrontación con China. Apela también a contrarrestar la dependencia tecnológica y energética que son parte de su vulnerabilidad.
Hace un llamado urgente a lo que llama "un debate existencial" con los líderes de los países europeos, incluyendo a Gran Bretaña y Noruega, que no forman parte de la Unión, para construir un armazón militar continental que disminuya la carga que hoy representa la defensa europea para los Estados Unidos, misma que Donald Trump ha resaltado y puesto en duda el compromiso de su país con Europa en el seno de la OTAN.
El hecho de que un presidente en funciones, en este caso del segundo país económicamente más poderoso de la Unión Europea después de Alemania, se refiera en estos términos a la fragilidad de Europa frente a la Rusia de Putin y al futuro incierto del viejo continente, es muy delicado. Parece reflejar diferentes puntos de vista entre los líderes de los países de la Unión Europea y de la propia OTAN en torno a cómo procesar la situación complicada de Ucrania y a las posibles consecuencias de un desenlace en uno u otro sentido.
Me llama poderosamente la atención que Macron reafirme su posición respecto a la urgencia de poner tropas de la OTAN en territorio de Ucrania, lo elevaría el riesgo de una nueva guerra continental y quizá mundial. El solo hecho de que el tema esté en la mesa discusión de la OTAN y del llamado a un "debate existencial" para Europa, ciertamente no es nada tranquilizador.
Macron va más allá en el señalamiento de ciertas líneas de acción. Dice que es urgente la modernización y ampliación de la capacidad nuclear del continente; habla también de doblar el gasto en investigación y desarrollo, de desregular la industria al interior de la UE y de ser más agresivos en la liberalización del mercado de capitales. Sostiene que se requiere una mayor especialización y desarrollar economías de escala en el continente para fortalecer la capacidad industrial.
The Economist dice que las ideas de Macron son poderosas y que le reconoce que en el pasado ha mostrado tener dotes de clarividente, sin embargo, señala que sus políticas tienen serios problemas y pueden distanciar a Europa de los Estados Unidos lo que tendría el efecto de debilitar la seguridad continental en lugar de reforzarla. También comenta la revista que sus propuestas difícilmente van a alcanzar los consensos entre los 27 países integrantes de la Unión Europea; y, finalmente, se pronuncia en contra de las políticas proteccionistas que Macron sugiere ya que podrían provocar un mayor rezago de Europa frente a los Estados Unidos y China.
Sin embargo, más allá de que sean o no aplicables las políticas que sugiere el presidente francés, lo que alarma es el ambiente de preguerra que refleja su análisis. De hecho, el propio Macron cita en la entrevista al historiador Marc Bloch cuando en 1940, una vez que la Alemania de Hitler había ocupado Francia, acusó a las élites políticas de haber ignorado las amenazas y de no haberse preparado para lo que venía. Hoy -dice- estamos viviendo exactamente la misma situación y se está actuando con la misma complacencia. Hay que detener a Putin en Ucrania porque después será demasiado tarde.