22/08/2024 12:28 / Uniradio Informa Sonora / Columnas / Actualizado al 22/08/2024
Por Germán Lohr Granich
Es un placer la lectura, pero como dice el Corán, los libros no se leen, se releen, una vieja sentencia. Al respecto, de lo más reciente del colega economista Luis Rubio, destaco su libro, "¡En sus marcas! México hacia 2024".
Reitero acerca de las conclusiones a las que llega el autor en su acucioso análisis en el que también resalto, ya que viene al caso, una cita de otro colega, David Konzevick, cito: "En estos tiempos de cambios vertiginosos hay que repensar lo pensado y pensar lo no pensado".
Ahora sí, entremos en materia coincidiendo con lo que señala Rubio, México ha perdido tres oportunidades en las últimas décadas de construir los cimientos de una verdadera transformación que por cierto nada tiene que ver con la 4 transformación de la vida nacional.
La primera oportunidad perdida ocurrió en los noventa con la firma del Tratado de Libre Comercio-TLCAN-, la segunda con el famoso error de diciembre de 1994 y la tercera con el conflicto China-EEUU
Recordemos que antes del TLCAN nuestro comercio con el mundo era básicamente petróleo en más de un 80% y una vez firmado el tratado comenzamos a exportar sistemática y significativamente manufacturas y productos primarios.
Sin embargo, en ese entonces el gobierno estaba más preocupado por la crisis económica y de balanza de pagos del error de diciembre que por crear una plataforma de largo plazo, de tal manera que con el ingreso de China a la OMC, la Organización de Libre Comercio, nuestras oportunidades se diluyeron.
En efecto, China aprovechó de mejor manera y con visión de largo plazo sectores y mercados allende la frontera, más aun, con el pleito con EEUU, tampoco estamos aprovechando la tercera oportunidad del Nearshoring.
Los números duros y oficiales están a la vista, 97% o más de la IED, inversión extranjera directa ha sido reinversión y apenas un 3% de nuevas inversiones que por lo que veo siguen en duda, léase, Tesla, en Nuevo León, Black and Decker en Hermosillo y muchas más que no llegan o se van.
Las razones son varias, pero hay una principal, no hemos sabido desarrollar una estrategia para atraer la inversión que ha decidido abandonar China, sea por desidia, ideología, falta de confianza, aunado a lo que estamos viviendo con las reformas al Poder Judicial y lo que conlleva la sobrerrepresentación.
Para Rubio, la oportunidad más relevante fue la primera con la creación del TLCAN, ya que esta refleja la problemática estructural tanto política como económica que por décadas ha impedido nuestro desarrollo armónico, siguiendo en los laberintos de siempre.
Por supuesto que el primer Tratado alcanzo logros vitales y hay les van tres botones de muestra bien abrochados, el primero, resolvimos nuestro problema crónico de balanza de pagos.
El segundo, generamos reglas claras y mecanismos para hacerlas cumplir y la tercera, construimos una plataforma industrial moderna y competitiva, nada mal, aunque hicieron falta varias reformas aun puestas en duda, minera, eléctrica, etc.
Mientras tanto, vamos de mal en peor en materia de seguridad pública y ciudadana con un gobierno y Congreso que busca acabar con los contrapesos en los poderes cada vez menos efectivos y modernos.
Seguimos con regiones del país modernas y atrasadas y en duda nuestras instituciones, en consecuencia ni unidos ni exitosos. La brecha que separa crece y denota la enorme desigualdad y las dádivas gubernamentales no son ni serán el camino para resolver la pobreza histórica que arrastramos cuesta abajo en mi rodada como diría el tango.
Necesitamos forzar el cambio o vamos hacia el futuro o vamos hacia el ocaso nos dice el autor en su libro.
HE DIXI.