Columnas

Relocalización de empresas en la era de Trump

Tendremos que poner nuestras barbas a remojar si realmente queremos seguir siendo socios estratégicos y competitivos.
Donald Trump FB

Por Germán Lohr Granich

Muchas novedades políticas y económicas se presentan con la llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica, y más que se habrán de presenciar a partir de enero del 2025.

Caso específico la revisión del TMEC que desde ya viene acompañado del nuevo fenómeno conocido como RESHORING, que no es otra cosa que acercar las cadenas de suministro y la manufactura a los EUA algo así como un NEARSHORING, pero para los norteamericanos.

Este regreso de la manufactura a su territorio lo estamos presenciando en estados como Arizona y Texas por citar algunos y viene impulsado sobre todo por el uso de la tecnología avanzada, léase, automatización de los procesos y la robótica.

No cabe duda que será necesario irse preparando para la futura renegociación del TMEC en 2026, dado el creciente interés de los mercados financieros por vincularse con empresas relacionadas con este fenómeno.

Reitero que es creciente su importancia, al venir acompañado de nuevos incentivos fiscales, menores costos de transporte y optimización de la mano de obra que busca combatir el déficit comercial y laboral de nuestros principales socios comerciales.

Tendremos que poner nuestras barbas a remojar si realmente queremos seguir siendo socios estratégicos y competitivos a los ojos de la nueva manufactura global y el proteccionismo que se avecina.

Ciertamente todo apunta a un cambio de paradigma en nuestras futuras relaciones comerciales con Estados Unidos y Canadá, ya que no será nuestra posición geográfica ni la mano de obra barata, mucho menos la reforma judicial como seguiremos siendo atractivos para las nuevas inversiones.

Al respecto, no debe extrañar la declaración del primer ministro de Ontario en Canadá Doug Ford, que sugiere la expulsión de México del TMEC acusándonos de ser la puerta trasera para los productos chinos, lo cual considera una competencia desleal.

En efecto, considera que es una competencia injusta para la industria local al no igualar los aranceles a las importaciones chinas que se mantienen en los dos países restantes que conforman nuestro TMEC.

No cabe duda que estamos en un mundo cambiante y cada vez más proteccionista, donde la manufactura es cada vez más creciente en términos de relocalización dado el conflicto con China.

Luego entonces estamos ante amenazas y al mismo tiempo oportunidades que debemos revalorar en términos de lo que se avecina y ya la secretaria de Economía tuvo una tibia y demagógica reacción.

Ahora bien, lo que procede a parte de ponerse las pilas es reposicionarse con nuevas propuestas que nos lleven a ser más proactivos e innovadores en renglones olvidados y que saltan a la vista como la deteriorada infraestructura física al interior de varias ciudades que han dejado de ser competitivas.

Tampoco debemos olvidar la importancia de contar con la suficiente energía, agua y capacitación de la fuerza laboral en cuanto a certificación de habilidades e idiomas, no se diga en materia de ciencia y tecnología donde los raquíticos presupuestos de la 4T crean más problemas que soluciones.

Pero bueno, si aspiramos a seguir siendo socios estratégicos y además competitivos, los tres ordenes de gobierno tienen la tarea y obligación de implementar de manera consistente las políticas necesarias que nos saquen adelante.

HE DIXI

 

 

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