Turbulencia en el horizonte
Manuel Valenzuela V.
Hemos iniciado la segunda mitad del año que, muy probablemente, será escenario de decisiones importantes que tendrán impacto en el rumbo que tome el mundo en los próximos años. Quizá la más notable de ellas es la elección en los Estados Unidos que decidirá si ese país empodera por segunda vez a un personaje oscuro, racista y retrógrado como Donald Trump, o reafirma el camino hacia la democracia liberal y el respeto a los derechos humanos que representa Kamala Harris y el Partido Demócrata.
Sin embargo, como la elección misma en Estados Unidos, otros escenarios en el mundo se convulsionan y conforman un horizonte turbulento en los meses por venir. Dos de ellos tienen en estos momentos especial relevancia: el peligro de una extensión de la guerra en Medio Oriente y el nuevo giro que ha tomado la guerra en Ucrania, donde el ejército del país invadido ha decidido incursionar en territorio ruso, con lo que puede llevar el conflicto a un nuevo y más peligroso nivel.
En el caso de la elección en Estados Unidos, las campañas parecen haber dado un cambio brusco y de calidad. Después de que Trump parecía imparable en las encuestas posteriores a la paliza que le dio a Biden en el debate presidencial del 27 de junio, y del fallido intento de asesinato que sufrió unos días más tarde, la renuncia de Biden y el surgimiento de Kamala Harris como presunta candidata demócrata y, recientemente de Tim Walz como compañero de fórmula, las preferencias han cambiado de bando y perfilan a los demócratas no solo como fuertes contendientes, sino como posibles ganadores. Sin embargo, nada es seguro, pueden pasar aún muchas cosas que pueden cambiar de nuevo la situación.
En el momento que escribo esta colaboración (lunes 12 de agosto), la cadena CNN está revelando una encuesta donde la mancuerna Harris-Waltz encabeza las preferencias nacionales con 4 puntos de diferencia (ligeramente por encima ya del margen de error) y da margen de dos dígitos a ellos mismos en los cruciales estados de Michigan, Wisconsin y Pensilvania, mientras que empatan en Arizona, Nevada y Georgia.
En este caso la turbulencia pudiera venir de la radicalización de los grupos radicales de derecha que apoyan a Trump, que amenazan con no aceptar una posible derrota de su candidato en las elecciones de noviembre y provocar un escenario similar a lo que hicieron el 6 de enero de 2021 cuando tomaron el Capitolio.
En el caso de Medio Oriente, las recientes provocaciones de Israel con el asesinato de dos altos dirigentes de Hamás y Hezbolá en territorio libanés y en la propia capital de Irán (Teherán), así como el ataque a una escuela que servía como asilo de refugiados de la guerra en Gaza, donde murieron más de 90 personas, la mayoría de ellos civiles ha provocado que el Medio Oriente se encuentre al borde de la generalización de la guerra en esa región. Se espera un inminente ataque de Hezbolá y directamente de Irán a territorio de Israel en las próximas horas o días y la correspondiente respuesta de este país a territorio iraní y al sur del Líbano donde opera el grupo terrorista Chií, Hezbolá.
En preparación para lo que parece ser un ataque inminente, Estados Unidos ha reforzado su presencia bélica en el este del Mar Mediterráneo (dos portaviones y tres destructores), el Mar Rojo (un destructor y un portaviones frente a Yemen donde operan los Huthies), lo mismo que en el Golfo Pérsico. Este día la propia cadena CNN está informando que un submarino nuclear se dirige también a la zona de conflicto.
Todo esto -se dice- en preparación para apoyar la defensa antiaérea de Israel con el propósito de minimizar los daños en territorio israelí del inminente ataque iraní, pero también para disuadir a Irán de intervenir directamente en territorio israelí con tropas, en cuyo caso se involucraría Estados Unidos en el conflicto.
La situación en esa zona es explosiva y puede observarse que el líder israelí, Benjamín Netanyahu, es el elemento desestabilizador y está llevando a Estados Unidos a una situación muy comprometida, aparentemente apoyado por Trump y el influyente grupo de los judíos multimillonarios que apoyan las acciones de Netanyahu y del ejército israelí.
Finalmente, el nuevo escenario en la Guerra de Ucrania no deja también de ser preocupante para la paz mundial. Por primera vez, el ejército ucraniano realiza y mantiene una incursión en territorio ruso, donde han destruido gran parte de la infraestructura fija y móvil de lanzamisiles con la que han estado hostigando a las ciudades ucranianas desde que inició la invasión rusa en febrero de 2022. Se espera una fuerte reacción de Rusia a esta acción en los próximos días.
No sabemos si los planes de los ucranianos sea retirarse pronto de territorio ruso o tratar de avanzar más y controlar un área mayor de ese país, con el propósito de luego negociar el retiro definitivo del ejército ruso de Ucrania, o de parte de ella. Sin embargo, conociendo a Putin, no se descarta el uso de armas nucleares tácticas en una posible represalia. De ser así, estaríamos en un escenario diferente, de una regionalización de la guerra en Europa que pondría al mundo en puerta de una nueva conflagración mundial.
Así que, mientras en el frente interno nos preocupamos por la sobre representación en el congreso por parte del nuevo partido hegemónico y por el descabezamiento del cártel de Sinaloa, con la detención del Mayo Zambada y de Joaquín Guzmán López, por los Estados Unidos sin la intervención de México, en el mundo están ocurriendo cosas que configuran una turbulencia en el horizonte. No hay que perder de vista a estos conflictos.