19/12/2024 10:33 / Uniradio Informa Sonora / Columnas / Actualizado al 19/12/2024
Por Germán Lohr Granich
Uno de los grandes dilemas del campo mexicano y del sonorense en particular va a modo con el refrán aquel de que, "hay veces que el pato nada y veces que ni agua bebe".
Es ni dudarlo un asunto que nos viene como anillo al dedo ya que hoy ni nos llueve ni nos llovizna. Lo anterior viene a cuento dado el bajo nivel de nuestras presas en el centro y sur del estado.
Tal situación para variar pega y duro en la siembra de los granos, sobre todo el trigo que el 16 de diciembre pasado ocupó primeras planas a nivel nacional como las del diario Reforma cuyo encabezado fue nota.
Lamentable la situación de los trigueros del sur del estado y en menor medida de la costa de Hermosillo, al no ser costeable esta siembra en esta zona dada sus altos costos y consumo excesivo de agua.
A nivel nacional la caída en la superficie sembrada para el ciclo 2025 es cercana al 50% en estados como Baja California, Sinaloa y Sonora, al pasar de 436 mil 385 hectáreas a 228 mil 713.
En el caso particular de Sonora, la situación es mayor y preocupante al dejar de sembrarse alrededor de 200 mil hectáreas, al pasar el ciclo pasado 2024 de 248 mil 122 a 40 mil, algo así como un 84% menos si bien nos va.
Estas cifras son proyectadas por el grupo consultor de mercados agrícolas, dado los bajos niveles de nuestras presas cercanos al 18%, obvio sin dejar de mencionar los escasos apoyos gubernamentales que han brillado por su ausencia.
Dicho impacto tiene serias implicaciones en toda la cadena productiva y sus efectos medibles arrojan pérdidas de 15 mil millones de pesos en el sector.
El universo de personas y negocios que se mueven en un ciclo agrícola no es nada menor, sea en compra de insumos como pago de jornales, al igual que agentes colaterales, trilladores, transportistas, almacenes, molinos y no se diga la afectación en precios al consumidor final y a la inflación en general.
No nos queda otra que seguir recurriendo a las importaciones de granos al ser un país que cada vez más depende de las importaciones de nuestros vecinos del norte, cuya producción es altamente competitiva en esos menesteres.
Nada más en cuanto a dependencia del trigo apenas producimos el 35% del mismo y requerimos el 65% para poder cubrir la demanda del grano que transformamos en pasta y alimento para otras actividades como las pecuarias.
Pero bueno, ahora ni el 35% tendremos asegurado para el ciclo agrícola 2025 y los demás es puro blablablá de los políticos.
Somos en pocas palabras altamente dependientes no solo del trigo sino de otros básicos como el maíz, frijol, sorgo, arroz, etc. sin olvidar otros insumos en que también lo somos como el gas de la industria y muchos hogares o la gasolina que utilizamos a diario.
A estas alturas la soberanía y la seguridad alimentaria solo están en la mente y los discursos de los gobernantes que poco muy poco se han preocupado por el campo mexicano y los últimos de la 4T peor tantito.
Cifras del PEF 2025 reflejan escasos apoyos al campo y sus programas al asignar por ejemplo 20 mil millones de pesos para atender agua potable, saneamiento, riego por goteo y conservación de presas, cifras muy pequeñas para modernizar el sector.
Ciertamente para entrarle a modernizar la superficie de riego en el país que el próximo año SOLO destinará recurso federal para el 3.2% de la superficie irrigada requerimos no menos el dineral gastado en el tren Maya más los subsidios que recibirá el 2025 que superan en conjunto los 600 mil millones de pesos.
No se diga la desmesura de recursos fiscales y deuda que se ha llevado otro proyecto mal abrochado, el Dos bocas en Tabasco que no refina de momento más que viento y mientras tanto la producción agrícola, pecuaria y pesquera por los suelos y en picada.
Urge la verdad frenar estos arrebatos de desmesura centralista que hay de nuestros políticos y redirigir el desarrollo a proyectos viables que tengan fuentes de recuperación garantizada y que cuiden el recurso del agua como oro molido.
HE DIXI.