Anya Taylor-Joy: La joven que hechizó con su mirada de ajedrecista
Anya Taylor-Joy cumple 29 años de edad este 16 de abril. No es una actriz común ni una estrella fabricada por Hollywood: es una presencia que trasciende la pantalla.
Su mirada hipnótica, sus elecciones arriesgadas y su voz pausada y firme la han convertido en uno de los rostros más fascinantes del cine actual.
Y aunque el mundo la descubrió gracias a una bruja, Anya lleva años desafiando etiquetas.
Nació en Miami, creció en Buenos Aires y se formó en Londres. Su biografía parece un mapa en movimiento.
Habla inglés y español con igual soltura, aunque fue este último su primer idioma. De hecho, se resistió durante años a hablar inglés, como si al hacerlo tuviera que renunciar a una parte de sí misma.
Su identidad está marcada por ese mestizaje cultural, algo que la ha nutrido en su carrera: no interpreta personajes, los habita.
La vimos por primera vez en The Witch (2015), una película de terror folk donde la oscuridad era más espiritual que explícita.
A los 18 años, Anya sostuvo la cinta con una madurez inusual, sin aspavientos ni histrionismos. A partir de ahí, nada volvió a ser igual.
Le siguieron Split, Thoroughbreds y un papel brillante como Emma Woodhouse, en una versión moderna y estética del clásico de Jane Austen.
Pero el gran golpe mediático llegó con The Queen's Gambit.
Su Beth Harmon no solo popularizó el ajedrez entre una nueva generación: también redefinió qué significa ser una mujer brillante, complicada y emocionalmente disfuncional en pantalla.
En lugar de suavizarla, Anya la mostró cruda, intensa y humana.
Ganó un Globo de Oro y, de paso, se volvió meme, ícono y modelo de portada.
Fuera del set, Anya es esquiva con la prensa y selectiva con sus palabras.
Le gusta desaparecer entre proyectos, alejarse del ruido. Tiene una relación cercana con el maquillaje, pero lo ve como arte, no como adorno.
Nunca quiso ser solo una cara bonita. Ha dicho que el cine es su forma de procesar el mundo. De sanar. De buscar algo que tal vez nunca encuentre.
Este año, encarna a Furiosa en la precuela de Mad Max, asumiendo el reto de reinterpretar un papel icónico sin replicarlo.
También protagoniza The Gorge, una historia de acción donde demuestra que puede cargar con el peso de las superproducciones sin perder su sello.
Le siguen más proyectos, más retos, más transformaciones.
Anya Taylor-Joy no tiene redes sociales activas ni discursos ruidosos. Su militancia es el arte. Su rebeldía es no complacer. Es una actriz de silencios, de miradas, de pieles que mutan.
En un mundo de actores que quieren ser celebridades, ella ha elegido ser otra cosa: un misterio en movimiento.
Y así, a los 29, no se limita a actuar. Encanta.