Muere Shannen Doherty a los 53 años
Shannen Doherty murió a los 53 años luego de enfrentar una dura batalla contra el cáncer por más de nueve años.
En 2015 fue diagnosticada con cáncer de mamá del que se recuperó en dos años, pero en 2020 le fue detectado cáncer nuevamente, el cual se extendió a diferentes partes de su cuerpo.
Shannen, mejor conocida por su interpretación como Brenda Walsh en "Beverly Hills, 90210" falleció este sábado 13 de julio.
Así lo dio a conocer su publicista Leslie Sloane a la revista "People": "Con gran pesar confirmo el fallecimiento de Shannen Doherty. El sábado 13 de julio, Shannen perdió su batalla contra el cáncer tras muchos años de lucha", declaró Sloane. "La devota hija, hermana, tía y amiga estaba rodeada de sus seres queridos, incluyendo a su perro, Bowie. La familia pide privacidad en este momento para poder llorar en paz".
Shannen Doherty fue diagnosticada con cáncer de mama por primera vez en 2015. Desde el principio, decidió compartir su experiencia con el mundo. En una entrevista con People, esto declaró sobre su enfermedad: "Definitivamente tengo días en los que me pregunto, '¿Por qué a mí?' Pero luego pienso, '¿Por qué no a mí? ¿Quién más? ¿Quién más además de mí merece esto?' Ninguno de nosotros lo merece".
En 2017, después de un período de remisión, reveló que su cáncer había regresado y alcanzado la etapa 4. "Es un trago amargo de aceptar", dijo en Good Morning America.
¿Quién era Shannen Doherty?
Shannen Doherty saltó a la fama en los años 90 con su papel en 'Beverly Hills, 90210', una serie que se convirtió en un fenómeno cultural y definió una generación. Su interpretación de Brenda Walsh la convirtió en un ícono adolescente y la catapultó al estrellato. Más tarde, consolidó su estatus como una de las actrices más conocidas interpretando a Prue Halliwell en 'Charmed'.
También incursionó en la dirección y la televisión de realidad, demostrando su versatilidad en la industria del entretenimiento. Incluso mientras luchaba contra el cáncer, Doherty continuó trabajando. En 2019, se unió al reboot de 'Beverly Hills, 90210' en homenaje a su compañero de reparto Luke Perry, quien falleció inesperadamente ese mismo año. Durante el rodaje, mantuvo su diagnóstico en secreto.