El noble corazón de Damián: Niño de 7 años vende dulces para apoyar a su mamá con cáncer
Por Alan Rubio
Hace dos semanas, Damián Arturo Reyna Galván, un pequeño de siete años de edad, empezó a vender dulces en el patio de su casa, con un objetivo conmovedor: reunir fondos para comprar pañales, leche y apoyar los gastos médicos de su madre, Daniela Galván, quien enfrenta cáncer cervicouterino, que se ha extendido a su pelvis.
El niño destina parte de sus ganancias a estos insumos esenciales y ahorra el resto para contribuir a la recuperación de su mamá.
Damián manifestó estar muy contento por vender dulces y que los vecinos, así como personas de otras colonias de Hermosillo, lleguen a su casa a comprarle sus productos.
A veces, la gente le dice que se quede con el cambio para que lo guarde para la recuperación de su madre.
"Cuando me dan un billete grande de 200, 500, de 100 o de 50 (pesos), pues, el de 20, me lo quedó, pero, si es de 500 para 100, pues, se lo doy a mi mami", dijo.
El pequeño contó que decidió platicar a su familia sobre el emprendimiento, quienes lo apoyaron y procedieron a comprarle las golosinas para que iniciara de inmediato.
"Vendo dulces, cacahuates, chocolates, paletas y pepihuates, de estos cacahuates grandes y más cosas que ahí tengo. Con el dinero que gane, mi tata me lleva a comprar los dulces", comentó.
Con planes de crecer su pequeño negocio, Damián sueña con incluir aguas frescas de mazapán y horchata, además de bolis y hielitos.
También compartió su aspiración de convertirse en médico veterinario zootecnista, pues siente un gran amor por los animales, desde perros y gatos hasta caballos, borregos y serpientes.
El puesto de Damián Reyna Galván se ubica en la avenida Tepic, número 1453, en la colonia Internacional, con horario de 6:00 de la tarde a 10:30 de la noche, de lunes a viernes.
La sociedad de Hermosillo se ha conmocionado y aplaudido el emprendimiento de Damián, ya que su historia se ha difundido en redes sociales.
Por lo que, un grupo de personas se organizaron en caravana a las 6:00 de la tarde, del pasado viernes 21 de marzo, para comprar dulces, papitas, con la finalidad de apoyar a esta buena causa.
Su esfuerzo y ternura han tocado el corazón de muchos, convirtiéndolo en un ejemplo de amor y solidaridad.