por Redacción WEB
13/10/2023 12:40 / Uniradio Informa Sonora / Salud / Actualizado al 13/10/2023
Hermosillo, Son.- Un estudio realizado por investigadoras del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), reveló que las mujeres hermosillenses "con cuerpos gordos" experimentan una gran presión social por la apariencia corporal, la mayoría se sienten insatisfechas con su propio cuerpo y buscan por diversos medios lograr ser delgadas.
Durante las últimas décadas, la gordura pasó de ser apreciada y ser sinónimo de abundancia o fertilidad en las mujeres, a ser rechazada y estigmatizada, pues actualmente se cree que los cuerpos delgados representan la salud y la belleza.
Para las mujeres, la presión social llega de todas partes: las madres y los familiares más directos, los médicos que rechazan la gordura "por salud", las redes sociales que dictan que la belleza viene en tallas chicas, las amigas que están atentas del peso de las otras; incluso, desde el punto de vista religioso, ser gordo se ha relacionado con un pecado capital: la gula.
Una investigación realizada por Dulce Marina Wakida Murillo, bajo la dirección de Juana María Meléndez Torres, profesora de la Coordinación de Desarrollo Regional del CIAD, analizó cómo afecta la estigmatización de la gordura en la vida de las mujeres que se consideran a sí mismas como gordas y cómo responden emocionalmente ellas en el contexto hermosillense.
Se entrevistó a 16 mujeres, entre 18 y 55 años de edad, de clases sociales media y baja, quienes revelaron que la mayoría vive rechazo desde la infancia en el hogar, en ese espacio privado que debería ser seguro, siendo la familia directa, principalmente la madre, quien presiona más y emite comentarios como "¡no comas tanto, ponte a dieta!", "a las gordas nadie las quiere", etcétera; comentarios que van siempre justificados por el amor: "te lo digo porque te quiero" o "no quiero que sufras lo mismo que yo".
Luego, cuando llegan a la adolescencia y manifiestan su atracción por algún hombre, son correspondidas con comentarios como "eres muy bonita, incluso eres a todo dar, pero eres gordita", y empieza a ser inevitable notar y sentir que algo está mal con el propio cuerpo; se empieza a vivir y a sufrir una exclusión, y conforme van creciendo.
Son estigmatizadas por los médicos, quienes las culpabilizan con frases como "estás gorda y esa es la razón de tus malestares". También son rechazadas en los gimnasios y en las tiendas de ropa donde las personas encargadas o clientes incluso se burlan de ellas; y en los lugares de trabajo no son consideradas por no cumplir con el estereotipo corporal, independientemente de las capacidades y habilidades con las que se cuente.
¿Cómo responden emocionalmente?
En la investigación se encontró que la mayoría han sufrido debido a la apariencia de su cuerpo, ya que desde pequeñas han sido juzgadas y sujetas a diversas prácticas con la finalidad de bajar de peso y lograr la "tan anhelada delgadez", lo cual, muchas veces, es más una imposición de los otros y no el deseo de ellas mismas.
Esto, a su vez, genera otras emociones como tristeza por ser rechazada, culpa por no ser capaz de ser delgada, por no poder mantener un régimen alimenticio adecuado o no hacer suficiente ejercicio y por decepcionar a los demás, además de vergüenza por sentirse vistas y rechazadas por los otros, así como ansiedad, enojo, frustración, coraje y hasta miedo a engordar o a volver a ser gorda en el caso de haber logrado bajar de peso.
El sentir estas emociones muchas veces hace que caigan en prácticas de riesgo como someterse a una gran cantidad de dietas, el consumo de productos milagro, el uso de medicamentos para bajar de peso sin prescripción médica y con gran cantidad de efectos secundarios, el sometimiento a cirugías sin importar las consecuencias, etc. Todo este tipo de prácticas en torno a lograr la delgadez muchas veces van en contra de la salud física y emocional de las mujeres.
Por otro lado, la misma investigación descubrió que algunas mujeres llega un momento en su vida donde ya están hartas y cansadas de intentar "cambiar su cuerpo", por lo que llegan a una autoaceptación y luchan contra los discursos que promueven la delgadez como el ideal corporal, y que estigmatizan la gordura.
El estudio sugirió que para disminuir y eventualmente eliminar la discriminación, estigmatización y violencia hacia los cuerpos gordos, es importante abordar el tema como un problema ligado a la salud física, emocional y mental, pero también como resultado de un ambiente político, económico, social y cultural donde están inmersas las personas, de manera que se pueda tener una idea más comprensiva de lo que representa la gordura, sus causas y cómo abordarla.
Asimismo, es necesario trabajar de manera integral y cambiar el paradigma de no centrar el peso corporal como indicador de salud y aceptar la diversidad de cuerpos.