Sociedad

A 10 años del derrame, no se ha recuperado economía de los ríos Bacanuchi y Sonora

Habitantes de esta zona del Estado han tenido que buscar otras fuentes de ingresos
Desastre en el Río Sonora El Economista
Alan Rubio 05-08-2024

Por Alan Rubio

A 10 años del derrame de 40 millones de litros de cobre acidulado en los ríos Bacanuchi y Sonora, los habitantes de esta zona del Estado han tenido que buscar otras fuentes de ingresos, ya que no se ha recuperado al 100 por ciento la economía de la región desde la tragedia ecológica ocurrida el 6 de agosto de 2014.

José Manuel López García, residente del ejido San José, perteneciente al municipio de Baviácora, comentó que algunas personas que eran trabajadores de la agricultura y la ganadería han tenido que emplearse en minas de la zona para obtener ingresos, mientras que otros han puesto cocinas económicas trabajadores de las minas.

"Así es, mucha gente trabaja en la mina de Santa Elena o en la de Las Chispas, que es la de Arizpe. La mayoría de la gente que no tiene tierras o ganado se dedica a eso, a trabajar en la minería", relató.

La situación económica también ha afectado a los agricultores y ganaderos como José Manuel, quienes han disminuido o dejado de cultivar hortalizas y sembrar forraje para alimento de ganado.

"Los agricultores hemos optado por los cultivos, más que nada por el forraje, es a lo que yo me dedico más ahorita, a sembrar forraje. Ya maíz, ya no lo siembro", mencionó.

José Manuel contó que el pasado 11 de junio, los integrantes del Comité de Cuenca Río Sonora acudieron a la Casa de Transición de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, y entregaron una carta para pedirle que cumpla su promesa de campaña de dialogar con los habitantes del Río Sonora. Sin embargo, este acercamiento no se ha cumplido.

"No hemos tenido ningún acercamiento, ninguna reunión con ella ni con su nuevo gabinete", señaló.

Esperan una pronta respuesta de Claudia Sheinbaum para dar seguimiento a las peticiones de los más de 22 mil afectados del Río Sonora, como la regulación de la operación de las minas para que no vuelva a ocurrir otro derrame de tóxicos, la instalación de plantas potabilizadoras que eliminen los metales pesados del agua, y el apoyo a la promoción turística y económica de la región.

Otra de las solicitudes es que se restablezca la operación de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica y Ambiental (UVEAS) para que se atienda médicamente a las personas diagnosticadas con metales pesados en su cuerpo debido a la contaminación por el derrame de tóxicos.