Día de la Tierra, una invitación a reflexionar sobre el daño que hemos causado al planeta
MÉXICO.- El Día Internacional de la Madre Tierra, celebrado cada 22 de abril, es una de las fechas más importantes en el calendario ambiental. No se trata solo de plantar árboles o hablar sobre reciclaje: es una invitación global a reflexionar sobre el daño que hemos causado al planeta y el compromiso necesario para revertirlo.
Esta conmemoración fue establecida oficialmente por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2009, pero sus raíces se remontan a casi medio siglo antes.
Su propósito es claro: visibilizar los problemas ambientales urgentes y fomentar acciones que promuevan la sostenibilidad, desde el ámbito personal hasta el político.
¿Cuál es el origen del Día de la Tierra?
La idea del Día de la Tierra surgió en la década de los 60, cuando el senador estadounidense Gaylord Nelson impulsó un movimiento nacional de conciencia ambiental.
En medio de un auge industrial sin controles ecológicos, Nelson organizó el 22 de abril de 1970 una manifestación que reunió a más de 20 millones de personas en Estados Unidos.
Fue una movilización sin precedentes que puso en la agenda política temas como la contaminación del aire y el agua, el uso indiscriminado de pesticidas y la necesidad de proteger la biodiversidad. Este evento sentó las bases para la creación de agencias ambientales y nuevas leyes de protección ecológica en ese país.
Con el paso del tiempo, la iniciativa cruzó fronteras y se convirtió en una causa internacional. Hoy, más de 150 países celebran el Día de la Tierra con actividades educativas, campañas de concientización, y llamados a la acción frente al deterioro ambiental, esto de acuerdo con National Geographic.
La conmemoración sigue siendo más necesaria que nunca. Vivimos en un contexto marcado por el calentamiento global, la pérdida acelerada de especies, la contaminación de los océanos y un modelo de consumo que agota los recursos naturales. La ciencia ya no habla de escenarios futuros: los efectos de la crisis ambiental son visibles y afectan tanto a la salud del planeta como a la de los seres humanos.
En este sentido, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha señalado la urgencia de "hacer las paces con la naturaleza". Esta frase resume la necesidad de cambiar la manera en que producimos, consumimos y habitamos el mundo. No se trata solo de reducir plásticos o plantar árboles una vez al año, sino de transformar nuestras decisiones cotidianas.
El Día de la Tierra no es una celebración simbólica, sino una oportunidad para actuar. Desde cambios en el estilo de vida —como reducir el uso del automóvil, consumir productos locales y sostenibles, o disminuir el desperdicio de alimentos— hasta el impulso de políticas públicas que protejan los ecosistemas, todo suma.
También es una fecha clave para educar, especialmente a las nuevas generaciones. Fomentar la conciencia ambiental desde la infancia es fundamental para formar ciudadanos más responsables con su entorno.